¡Puntuar diálogos! El drama de los guiones
Escrito por Abril Camino - 21 diciembre
Los diálogos son la parte de la novela en la que más atención tendremos que prestar a la puntuación. Vamos a ver unas cuantas normas básicas que no debemos perder de vista:
- Los diálogos tienen la misma sangría y alineación (justificada) que el resto de la novela.
- Los diálogos JAMÁS deben escribirse mediante listas de viñetas (esas que el Word crea a veces de forma automática).
Cómo alinear y cómo no alinear un diálogo |
- Hay que tener muy clara la diferencia entre guion corto, guion medio y guion largo.
- Debes saber, también, cuándo se utilizan mayúsculas en los incisos y cuándo no.
Vamos allá con estos dos últimos puntos, que supongo que los dos primeros han quedado claros ya con la imagen.
Guion corto, guion medio y guion largo
El guion corto es el que utilizamos habitualmente y el que, probablemente, estéis utilizando para los diálogos si nadie os ha explicado esto antes de empezar a escribir. ¿Por qué? Pues porque es el que obtenemos pulsando directamente la tecla del teclado (al lado del punto, en los teclados estándar). Pues muy mal. Error. Este guion se utiliza solo para relacionar palabras que no son compuestas, fechas y otras cuestiones. Ejemplos: guerra franco-prusiana, curso 2001-2002.
A la hora de escribir una novela, el guion corto nos servirá solo para esto y el guion medio..., para prácticamente nada. El que se va a llevar todo el trabajo es el guion largo (o raya).
El guion largo lo utilizaremos para los incisos que introduzcamos en la narración. Por simplificar, podríamos decir que su uso sería similar al de los paréntesis. Por una cuestión de estilo, a mí me horrorizan los paréntesis en los textos literarios, así que el guion largo es uno de mis recursos favoritos.
Y también, por supuesto, es el que aparece en los diálogos. Que parece una cosa fácil de usar, pero... no lo es tanto. Vamos con unas cuantas normas:
1. Nunca se deja espacio entre el guion y la palabra que da comienzo al diálogo. Ejemplo:
—Marta llegó justo a tiempo.
2. Cuando hay un inciso en el parlamento, se separa del diálogo en sí con guion también. Pero ese guion solo se pone al final si el diálogo sigue. Me explico mejor con ejemplos.
—Hace un día estupendo —dijo su padre—. Pero creo que por la tarde lloverá.
—Hace un día estupendo —dijo su padre. (Sin guion final aquí)
3. Que el inciso comience por mayúscula o minúscula depende del tipo de verbo. Si en el inciso se utiliza un verbo de habla (como en los ejemplos anteriores), el diálogo no lleva punto final y el verbo («dijo», en este caso) va en minúsculas. Si, por el contrario, el verbo no es de habla (es decir, que indica cualquier otro tipo de acción), el diálogo lleva punto final y el inciso empieza por mayúscula.
—Hace un día estupendo. —El padre miró hacia el cielo, en el que empezaban a formarse unas nubes—. Pero creo que por la tarde lloverá.
Hay algunas normas más, pero no pretendo volver loco a nadie, así que con esto tenéis de sobra para poder escribir vuestro manuscrito sin enloquecer (o hacer enloquecer después al corrector).
Y con esto ya estaría, ¿no? O puede que no. Puede que os estéis preguntando... Pero ¿dónde c*** está el maldito guion largo en el teclado? Respuesta rápida: en ninguna parte. Solución Insertar > Símbolo o el atajo Alt+0151.
Guion largo = Alt 0151 |
A diferencia de lo que ocurría con los otros dos tipos de guiones, el guion largo o raya lo utilizaremos constantemente. Pensad en todos los diálogos que tiene una novela y os haréis a la idea de cuánto de frecuente va a ser. Por ejemplo, en una novela mía de extensión media, que ronda publicada en papel las 300 páginas, hay... ¡3.325 guiones largos! Como os imaginaréis, si la escritura de una novela es un proceso arduo, tener que pulsar 3.325 veces Alt+0151 no lo facilita. Y ya ni os cuento si tenéis que ir 3.325 veces al menú Insertar > Símbolo. ¿Y qué solución tenemos para esto? Pues lo mejor que podéis hacer, creo yo, es utilizar uno de estos dos trucos:
- Opción 1: sustituir, en el menú Autocorrección, el guion corto por el guion largo. Así, obtendríamos la raya para los diálogos simplemente pulsando la tecla guion del teclado habitual del ordenador. Si en algún momento necesitamos el guion corto, lo buscaríamos en el menú Insertar>Símbolo y tan contentos. ¡Ojo! Esta sustitución no afectaría solo al documento de nuestra novela, sino a todo lo que hagamos en Word, así que si, por vuestro trabajo o por cualquier otra causa, necesitáis utilizar habitualmente el guion corto, esta no sería muy buena idea.
- Opción 2: escribir el primer guion largo de la novela con alguno de los métodos que os comentaba antes (Alt+0151 o Insertar>Símbolo) y copiarlo en el portapapeles (con Control+C o con la opción del botón derecho). A la hora de ir escribiendo, cada vez que queramos insertar un guion largo, simplemente tendremos que pulsar Control+V. Este es el método que uso yo habitualmente durante el proceso de escritura y puedo aseguraros que, aunque así leído os pueda parecer un engorro, se automatiza en el cerebro y se convierte en un simple movimiento mecánico.
¿Habéis apuntado todo bien? Sé que leído así del tirón parece un mundo, pero os aseguro que a medio capítulo que escribáis ya tendréis todo esto más que automatizado en la cabeza.