¡Puntuar diálogos! El drama de los guiones
Escrito por Abril Camino - 21 diciembre
¡Hola a todos!
La semana pasada, os hablaba de cómo configurar el Word para comenzar con la escritura del borrador de nuestra novela. Hoy, seguimos con los consejos informáticos, aunque vamos a hablar también de un par de cuestiones puramente literarias. Vamos allá con el drama... ¡los diálogos!
Cómo configurar el Word para escribir nuestra novela
Escrito por Abril Camino - 14 diciembre
Hay una fase de la escritura de toda novela que nos pone los pelos como escarpias a todos los que tenemos un poco de experiencia (aunque sea muy poca, como en mi caso): la corrección. Sobre la corrección del borrador de nuestra novela hablaremos próximamente, pero hoy vamos a aprender a suavizarla un poco. ¿Sabéis eso que dicen las madres de que no es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia? Pues algo así es lo que os voy a explicar hoy. Cómo hacer algunas cosas lo mejor posible desde el principio para evitar que la corrección se convierta en una pesadilla de dimensiones bíblicas.
Cómo registrar una novela en el Registro de Propiedad Intelectual
Escrito por Abril Camino - 30 noviembre
¡Hola a todos!
Como os comenté la semana pasada, en las próximas entregas de esta sección de Consejos para escritores noveles y autopublicados, vamos a empezar con cuestiones algo más prácticas. Vamos a dejar respirar a nuestra alma creativa, que estará agotada después de la escritura del borrador de la novela, y vamos a hablar de esas cosillas que, probablemente, nos dan mucha más pereza que escribir, pero que también forman parte de este oficio maravilloso.
No es una novela, es un borrador
Escrito por Abril Camino - 23 noviembre
¡Hola a todos!
Antes de nada, quiero daros las gracias a todos por vuestra paciencia esperando la vuelta de los posts de los lunes con consejos para escritores noveles. Y mil gracias más por todos los mensajes y mails llenos de buenos deseos de recuperación.
La protagonista de novela romántica que nunca querré ser
Escrito por Abril Camino - 19 noviembre
Hay algunas cosas que me ponen enferma cuando leo novela romántica. La principal de ellas, y que sin ninguna duda me hace abandonar la novela al instante, es la falta de cuidado al escribir. Ya se sabe: los errores gramaticales u ortográficos, las erratas de continuidad, etc. Esto, obviamente, me ocurre en todos los géneros, pero hay algo que es una característica tristemente inherente a la novela romántica actual y que me pone verdaderamente enferma: la protagonista víctima.
La planificación de una novela
Escrito por Abril Camino - 26 octubre
¡Hola a todos!
Aquí estamos, un lunes más, tratando de sacar adelante nuestra novela. Y, hoy, os traigo el último paso necesario –¡imprescindible!– antes de ponernos a teclear y teclear y teclear. Hace un par de lunes, os hablaba de los 10 errores que debemos evitar cuando escribimos una novela romántica. Uno de ellos, efectivamente, es no planificar –o planificar mal– nuestra novela.
Reivindicando la novela romántica (frente a tanto imbécil suelto)
Escrito por Abril Camino - 19 octubre
Que sí, que ya lo sé, que hoy tocaba post de la serie de consejos para autores noveles. Que el lunes pasado os prometí que, quizá, ya os daría las primeras pautas para empezar a teclear. Peeeero... no. La semana pasada me pasó algo, una pequeña anécdota sin más importancia, que me hizo darme cuenta de que, antes que ninguna otra cosa, debería haberos advertido de lo que os vais a encontrar. De lo que la gente va a pensar cuando, al fin, le echéis valor para decir «escribo novela romántica» (si es que es el género por el que os habéis decantado, que es el caso de la mayoría de los que os pasáis por aquí). Hace algunas semanas, os hablé ya de los prejuicios sobre la novela romántica. ¿Preparados para leer el segundo capítulo? No os va a gustar, eh. Advertidos quedáis.
Los escenarios de mis novelas románticas y los tres amores de mi vida
Escrito por Abril Camino - 15 octubre
Hace ya algún tiempo que decidí empezar con esta serie de entradas sobre los escenarios favoritos de mis novelas románticas. Por si os lo perdisteis en su día, comencé, cómo no, con París (10 lugares en los que enamorarse de París 1/2 y 10 lugares en los que enamorarse de París 2/2). Sí, lo sé, no me van a dar el premio a la originalidad en la ambientación de mis novelas. Los dos primeros escenarios en los que las ambienté fueron París y Nueva York, Trilladísimo, soy consciente. Pero es que... ¿hay acaso algún lugar en el mundo mejor que estas dos ciudades? Yo me atrevo a susurrar que Londres, pero, de momento, ninguna trama me ha llevado allí.
10 errores que debemos evitar al escribir novela romántica
Escrito por Abril Camino - 12 octubre
En las últimas entregas de estos consejos para escritores noveles, hablábamos sobre la idea y la toma de decisiones, así que supongo que hoy estaríais esperando que os dijera que os lanzarais a escribir. Pues no. Esta sección del blog se publica los lunes, y yo los lunes estoy tocahuevos y no voy al grano.
La importancia de la toma de decisiones cuando escribimos una novela
Escrito por Abril Camino - 05 octubre
El lunes pasado, os dejé con la idea de vuestra novela pochando en la cabeza. Vamos a hacer un ejercicio de teletransportación e imaginar que ha pasado algo más de tiempo y la idea está madurada y tenéis totalmente claro lo que queréis contar. ¿Listo? Bien. Pues vamos con una buena noticia y una mala:
¡Tengo una idea maravillosa! ¿Cómo la convierto en novela romántica?
Escrito por Abril Camino - 28 septiembre
Si has llegado hasta este post, es de suponer que estás interesado en escribir una novela romántica. Así que vamos a empezar por el principio: la idea. ¿Habéis dejado ya de leer? ¿Habéis pensado ya «ah, bueno, eso no me interesa; yo la idea ya la tengo muy clara»? ¿Estáis seguros de ello?
Hoy, por primera vez y sin que sirva de precedente, he decidido cederle el teclado a un conocido mío que os quiere contar unas cosillas. Ahí os lo dejo:
Los cinco mayores dramas de la vida de soltera (y algunas posibles soluciones)
Escrito por Abril Camino - 03 septiembre
Vivir sola mola un montón. Pero un montonazo. Supongo que únicamente quien vive solo valora todos esos momentos en que el simple hecho de pensar en compartir sofá con otra persona podría matarnos de un ataque de pereza extrema. En mi caso, vivir sola fue una imposición del guión de la vida, que suele superar con creces el argumento de cualquier novela. No me llegó la oportunidad hasta hace algo más de un año, bien rebasada la barrera de los treinta. Por más que en plena adolescencia me imaginara a mí misma diez años después viviendo una existencia súper alternativa en pleno Portobello Market (que era lo más hippy que conocíamos en los 90, antes de que a Julia Roberts le diera por enamorar a Hugh Grant allí al lado), lo cierto es que a los veinticinco ya había hecho la transición de pasar de casa de papá y mamá a irme a vivir con mi novio. Así que, hasta los treinta y tres años, no descubrí las mieles de la independencia completa, de tener una casa para mí sola. Y ahí llegaron los problemas.
¿Es maravilloso vivir sola? Sí. ¿Es todo un camino de rosas? No. Ahí van los dramas de la vida de soltera y algunas posibles soluciones.
¿Es maravilloso vivir sola? Sí. ¿Es todo un camino de rosas? No. Ahí van los dramas de la vida de soltera y algunas posibles soluciones.
No es fácil ser soltera a los (casi) treinta y cinco. Soltera, divorciada, viuda… cualquier estado civil que implique la no presencia de una pareja. No resulta sencillo, como digo, no tanto por las implicaciones personales como por la visión de la sociedad hacia nosotras. Nosotras. Las solteras de treinta y tantos o, ¡Dios nos libre!, cuarenta y pico.
No puedo hablar desde mi experiencia personal de lo que significa haber pasado la mayor parte de la vida adulta sin pareja, porque no fue mi caso. Tuve una relación –fantástica, por cierto– desde los veintiuno hasta los treinta y tres. Pero sí puedo hablar con conocimiento de causa sobre la visión que tienen los demás de una mujer que, de repente, se queda sin pareja de la noche a la mañana. Y ahí es donde aparece la temida frase que da título a este post: tienes que rehacer tu vida.
10 lugares en los que enamorarse de París (2/2)
Escrito por Abril Camino - 20 agosto
La semana pasada inauguré esta sección del blog, dedicada a mis viajes y lugares favoritos. Y, cuando digo mis, no me refiero necesariamente a que yo haya escrito sobre ellos, sino también a lugares que he acabado considerando un poco míos por haberme llegado muy hondo a través de las páginas de novelas de otros autores. De una de ellas, hablaré al final de esta entrada.
Si os perdisteis la entrada de la semana pasada, podéis encontrarla pinchando en el siguiente enlace: 10 lugares en los que enamorarse de París (1/2).
Si os perdisteis la entrada de la semana pasada, podéis encontrarla pinchando en el siguiente enlace: 10 lugares en los que enamorarse de París (1/2).
10 lugares en los que enamorarse de París (1/2)
Escrito por Abril Camino - 13 agosto
Que París es la ciudad del amor es tal topicazo que me da hasta un poco de pudor escribirlo. De hecho, ni siquiera creo demasiado en la afirmación. Para cada persona, la ciudad del amor será aquella en la que lo haya encontrado, buscado, disfrutado o hecho (el amor, se entiende). Pero es indudable que, en el imaginario colectivo, y especialmente en el de las lectoras / escritoras de novela romántica contemporánea, París tiene un lugar especial.
En todos los grupos de amigas hay una tía sabia. Posiblemente hay más de una, de hecho. Y no hablo de la cultureta repelente que todo lo sabe (con esto del escriturismo, me jode mucho pensar que, en mi grupo, la cultureta soy yo). Pero a lo que iba... La tía sabia.
La sabiduría hecha mujer de mi grupo de amigas es mi Helen. Y lo es por miles de cosas que nos ha ido demostrando a lo largo de los años. Seguramente, la causa de su sabiduría es que le ha pasado un poco de todo en la vida y que ha sufrido cual torero en una biblioteca (¿esto es políticamente incorrecto? ¿lo suficiente?). Porque mi Helen es un poco drama queen, no nos vamos a engañar. Como fruto de algunas historias truncadas y supongo que de la experiencia personal como persona desequilibrada mental (algo en lo que tampoco ha ayudado la fauna de la que se rodea, es decir, todas nosotras), Helen elaboró la teoría de las fases. La teoría de las fases que se pasan (y, sobre todo, que HAY QUE PASAR) tras una ruptura de esas serias, de las desgarradoras. Las del "me quiero morir" y el helado de chocolate con cookies de Hacendado.
Hace algunos días, acabé –al fin– las correcciones de mi novela. Pecado, penitencia y expiación es ya una realidad, a la espera de qué vaya a pasar con su publicación. Escribirla ha sido maravilloso, reconfortante y hasta terapéutico. Corregirla ha sido un poco más arduo, pero todo quedó compensado en el momento en que, tras algo así como un millón de relecturas parciales, pude leerla por fin del tirón y... me gustó. Me gustó mucho, la verdad, aunque estaba aterrorizada a que me entrara uno de esos ataques furibundos de autocrítica en los que a veces me vapuleo yo sola. Considero, por tanto, que lo más importante está hecho: he disfrutado escribiendo y he quedado satisfecha con el resultado. ¿Y ahora qué?