En todos los grupos de amigas hay una tía sabia. Posiblemente hay más de una, de hecho. Y no hablo de la cultureta repelente que todo lo sabe (con esto del escriturismo, me jode mucho pensar que, en mi grupo, la cultureta soy yo). Pero a lo que iba... La tía sabia.
La sabiduría hecha mujer de mi grupo de amigas es mi Helen. Y lo es por miles de cosas que nos ha ido demostrando a lo largo de los años. Seguramente, la causa de su sabiduría es que le ha pasado un poco de todo en la vida y que ha sufrido cual torero en una biblioteca (¿esto es políticamente incorrecto? ¿lo suficiente?). Porque mi Helen es un poco drama queen, no nos vamos a engañar. Como fruto de algunas historias truncadas y supongo que de la experiencia personal como persona desequilibrada mental (algo en lo que tampoco ha ayudado la fauna de la que se rodea, es decir, todas nosotras), Helen elaboró la teoría de las fases. La teoría de las fases que se pasan (y, sobre todo, que HAY QUE PASAR) tras una ruptura de esas serias, de las desgarradoras. Las del "me quiero morir" y el helado de chocolate con cookies de Hacendado.