Leer veinte libros en un mes es síntoma de no estar muy bien de la cabeza, de ahí el título de este post. Pero en julio se me han alineado los planetas de manera que esto ha sido posible: algo más de tiempo libre, una oferta de Kindle Unlimited gratis (sí, los próximos meses combinaré el Unlimited con Nubico) y, sobre todo, muchas historias de esas que duran un suspiro porque no puedes dejar de leer. ¿Resultado? Veinte libros leídos en treinta y un días. Estos 👇
Lo confieso: me encanta esta sección del blog. Lo gozo escribiéndola. Y lo hago para compartir estos novelones con vosotros, pero también para organizarme yo en mi cabeza quiénes son esos autores que siempre me enamoran con sus libros y para saber cuántos he leído y cuántos tengo pendientes. Así soy yo: neurótica de la organización hasta para eso.
Hace unas semanas, se cumplieron cuatro años de la publicación de Pecado, penitencia y expiación, mi primera novela. Fue el 24 de junio y ese día me salió hacer una reflexión en Instagram (esta), no señalando cuánto ha cambiado mi vida desde aquel principio de verano de 2015 (que ha sido mucho), sino celebrando lo que sigue intacto: la ilusión, las ganas, la emoción de sentarme delante del portátil y perderme en mundos ficticios que llego a sentir como muy reales cuando estoy en ellos. La necesidad de escribir, que se convierte por momentos en adicción.