La piratería, capítulo 3: recursos para escritores… ¿cómo lo evitamos?

Escrito por Abril Camino - 06 octubre


Os prometo que ya dejo el tema. Llevo como año y medio con el blog, repitiendo de vez en cuando que algún día hablaría sobre piratería, así que tenía mucho acumulado. Ya habéis conocido mi opinión y las soluciones que conozco para ser lector sin piratear (por cierto, muchísimas gracias a todos los que habéis aportado vuestros trucos personales en los comentarios de esta última entrada). Ahora me queda explicarlo desde el otro lado, el del escritor. Porque conozco a muchos escritores que están estamos verdaderamente desesperados con esto de la piratería.



Os voy a dar un dato así, por desahogarme. ¿Sabéis cuántas unidades de mis libros se han devuelto en Amazon desde el 22 de septiembre? Treinta y cuatro. Para quienes no lo sepáis, comprar el libro en Amazon y aprovechar esa maravillosa opción que da la plataforma para devolverlo es el truco habitual de los piratas para quedárselo y, a continuación, colgarlo en la red. Así que ya lo sabemos, al menos a 34 cabrones se les ocurrió la idea. Nunca me había pasado en esas cifras, supongo que ha sido el éxito de la salida de Sangre y tinta, que me ha "puesto de moda". Mejor no os describo en cifras lo que significa tener éxito. Llevo dos semanas en top 50 de Amazon y no me da ni para una borrachera en condiciones lo que he ganado (para pagar la luz y comer, evidentemente, tengo otros recursos). ¿Veis por qué os decía el otro día que los libros se van a acabar si las cosas siguen así?


En fin, a lo que iba. Cuando empecé en todo esto, vi que había dos tipos de escritores, en función de su relación con la piratería: los que vivían obsesionados con el tema y los que pasaban completamente de él. En concreto, estos últimos normalmente habían pasado una época formando parte del otro grupo, el de la obsesión. ¿Y por qué se habían pasado al bando del paso de todo? Porque es jodidamente difícil denunciar los enlaces piratas. No solo muchas de las páginas de alojamiento de los archivos están en idiomas desconocidos (al menos para mí, que no paso del inglés). Es que, encima, denunciar el contenido es un procedimiento tedioso, engañoso y en el que tienes que rellenar más conceptos que para solicitar una beca universitaria. Yo lo intenté dos veces y no lo conseguí, y los temas informáticos se me dan bastante bien y el inglés, también.

Así que, para desgracia de esta profesión, llega un momento en que los escritores tenemos que elegir entre escribir o denunciar. Así de triste. Quizá hubo un día en que ser escritor consistía solo en escribir, pero hace ya mucho tiempo que no es así. Yo, por ejemplo, dedico más tiempo a este blog y a la gestión de mis redes sociales que a escribir mis novelas. Fuerte, ¿eh? Ni os cuento quienes añaden a todo eso firmas o presentaciones. Si, encima, tenemos que dedicar tiempo a algo tan tedioso, injusto y frustrante como denunciar enlaces piratas... Apaga y vámonos. En serio, vámonos. Vámonos a cualquier lugar a dedicarnos a otra cosa.

Pero hay esperanza. Una poquita, al menos. Hace poco tiempo di por casualidad con una aplicación que me ha ayudado a solucionar el problema. Un poco, repito. Os voy a hablar un poco de ella. Se llama Blasty y no elimina los enlaces piratas. ¿Cómo? ¿Que no los elimina? Pues... no. Pero sí los hace desaparecer de las búsquedas de Google.


Os lo explico un poco: Google tiene un sistema por el cual puedes denunciar un enlace en el cual se está pirateando un contenido cuya propiedad intelectual te pertenece. Es un formulario que... es un coñazo. Y, por desgracia, nuestras obras están pirateadas en demasiados sitios. Aunque el formulario es más claro y, obviamente, Google es una empresa más fiable que los hostings de contenido pirata, el procedimiento en sí no es muy diferente. 

Blasty es un partner del departamento legal de Google, así que puede denunciar por ti los enlaces en los que se están vulnerando tus derechos de autor, sin que tú tengas que hacer más que pulsar un botón. En su web, Blasty explica perfectamente su funcionamiento, así que no creo que tengáis demasiadas dudas a la hora de utilizarlo. Iba a preparar un tutorial (de verdad que sí, que soy así de riquiña), pero me parece tan sencillo de utilizar que creo que es suficiente con explicároslo en unos pocos pasos:

1. Os registráis en la web. En cuanto os logueéis por primera vez, os va a preguntar si queréis añadir la extensión de Blasty para Chrome (yo utilizo Chrome, desconozco si existe extensión para otros navegadores, aunque entiendo que, siendo partner de Google, probablemente no). Instaladla (luego hablaremos de esto).


2. En el panel principal de la web, encontraréis la opción de añadir nuevo contenido. Ahí, rellenáis todos los datos de vuestra novela. Si tenéis más de una, tenéis que repetir el proceso con cada una. Son un par de datos, nada del otro mundo: título, autor, portada (opcional) y, lo más importante, una web donde sí podáis encontrar el contenido legalmente (por ejemplo, la página de venta en Amazon).


3. Vuestras novelas aparecerán en la parte inferior de la página, junto al botón "Check Google Now". Ahí encontraréis la desolación. Vamos, que os llevará a Google a ver los resultados que ofrece el buscador para cada título. Ojo, no todos serán ilegales: ahí os saldrá lo mismo que en una búsqueda normal, es decir, todos los lugares donde aparezca vuestro título (Amazon, otras webs donde lo tengáis a la venta, GoodReads, blogs de reseñas, etc). Junto a cada enlace, encontraréis el botón "Blast". Cuando veáis un contenido ilegal (suelen ser fáciles de detectar, con la palabra 'descarga' en el título, por ejemplo), pincháis en "Blast", seleccionáis de qué novela es un pirateo esa web (si tenéis más de una) y confirmáis el proceso. Os aparecerá el estado "In progress". Ojo, tened cuidado de no eliminar los blogs en los que se reseña vuestra novela, pero que no ofrecen contenidos ilegales.


4. En unos días, Blasty os enviará un email confirmándoos el estado de vuestros blasts. A mí siempre me confirma la mayoría, algunos los deniega (vete a saber por qué, aunque, afortunadamente, son muy pocos) y otros te pregunta si quieres insistir porque se han denegado en primera instancia, pero no se ha confirmado al 100% que sean legales. Pero, vaya, que la enorme mayoría de las webs blasteadas desaparecen de las búsquedas.

Puede pareceros un proceso tedioso, pero os aseguro que no lo es. Yo le dedico diez o veinte minutillos a la semana, como mucho, mientras veo la tele o hago cualquier otra cosa. Es más bien mecánico.


¿Es un sistema perfecto? No, por supuesto que no. Recordemos que no elimina los enlaces piratas, solo impide que salgan en los resultados de búsqueda en Google. Es decir, si alguien entra en su página habitual de descargas, busca vuestro título y está allí, se lo podrá descargar impunemente (gracias, legislación antipiratería, lo estás haciendo de puta madre). Pero quien busque "abril camino hermanos sullivan descargar"... pues no lo encontrará. O, al menos, encontrará muchos menos enlaces de los habituales.

¿Fallos de la plataforma en sí? Para mí solo tiene uno. El botón de la extensión de Blasty ralentiza muchísimo el navegador. No sé si es solo a mí (con el tute que le pego a mi ordenador, no me sorprendería que en él habitaran unicornios y gnomos), pero el caso es que hace que tarden en cargarse las páginas y, dado mi trabajo y mi impaciencia natural, no me lo puedo permitir. Así que no lo tengo permanentemente habilitado. Lo habilito solo el día a la semana que hago la búsqueda y lo deshabilito al acabar. Una pena, porque sería mucho más funcional poder tenerlo habilitado siempre, pero, aun así, para mí la aplicación merece mucho la pena. Al fin y al cabo, habilitar y deshabilitar una extensión de Chrome es hacer dos clics, se tarda tres segundos.


Al parecer, Blasty ofrece algunos servicios más, como alertas cuando se detecta un nuevo contenido con tus títulos en él, pero no me ha dado tiempo de comprobarlo todo. Con lo que os he explicado, a mí me llega. Si lo probáis, no dudéis en comentarme las dudas que os surjan. Y, por supuesto, si conocéis otras herramientas que puedan ayudarnos en la tarea... ¡me encantaría que las dejarais en los comentarios!

Mil gracias por estar ahí un jueves más.

Actualización: Como soy un poco mongolita, se me ha olvidado decir que Blasty es una herramienta completamente gratuita.


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