Los escenarios reales de la Saga Destino | Parte 1: Cracovia y Praga

Escrito por Abril Camino - 02 marzo


¡Hola a todos!

Hace unos días os comentaba en este blog que estaba deseando contaros la historia detrás de la historia de la Saga Destino. Supongo que, si habéis leído o sabéis de qué va Viajando hacia mi destino, ya os habréis enterado de que el viaje que lleva a Diego y a Lucía de aventura en aventura está basado en un viaje real que hice yo (he sido muy pesada y lo he contado ya mil veces).

En los últimos días, varias lectoras me han enviado mensajes preguntándome por los escenarios reales que se esconden en esa historia. Ese restaurante en el que compartieron su primer beso, esa plaza en la que se cogieron de la mano, ese hotel en el que... bueno, eso que se hace en los hoteles cuando viajas en buena compañía. Así que me he decidido a contarlo. A escribir esta entrada a medio camino entre la guía de viaje y las bambalinas de la escritura de una novela.




Una pequeña advertencia: a partir de aquí os encontraréis spoilers. Problema muy fácil de solucionar leyendo la novela: Viajando hacia mi destino (esto es un link para comprarla) (siempre he sido muy fan de la publicidad sutil; se nota, ¿no?).

En la Semana Santa de 2015, me fui de viaje por Europa Central. El viaje que emprenden Lucía y Diego los lleva de Cracovia a Budapest, pero yo lo hice en sentido inverso (luego me cuadró mejor "darle la vuelta" para la trama de ellos). Visité las mismas ciudades que ellos: Cracovia, Bratislava, Viena, Praga, Karlovy Vary y Budapest. Y sí, todos (o casi todos) los escenarios de la novela son lugares reales que conocí. Hoy os voy a contar los primeros, para que esto no sea eterno; habrá más entradas del estilo en las próximas semanas. Antes de meterme en faena, solo un consejo: si tenéis oportunidad de hacer este viaje en algún momento de vuestra vida, no lo dudéis. Son algunos de los lugares más maravillosos que he tenido la oportunidad de conocer.


Cracovia

En Cracovia empieza el viaje de Diego y Lucía y acabó el mío. Mi impresión de la ciudad fue un poco extraña, porque llegué a ella en un tren nocturno (sí, ese mismo en el que Diego y Lucía se descubren por primera vez) que me dejó en la estación a las 7 de la mañana del Domingo de Pascua, festivo absolutamente riguroso en Polonia. Recorrí la ciudad con la sensación de estar en un lugar fantasma, sin cruzarme con nadie por la calle, sin encontrar un solo local abierto, ni restaurantes ni tiendas ni siquiera un triste McDonald's. Fue... raro.

Lugares concretos que os podéis encontrar en la novela y que existen en la vida real:

- El castillo (al que no pude entrar), la Lonja de Paños (preciosísima), el dragón que echa fuego por la boca o la Barbacana.


Lonja de Paños
Lonja de Paños. Preciosa y con una luz increíble.


Dragón de Cracovia
Dragón de Cracovia

- También visité, como Diego y Lucía, Auschwitz y las Minas de Sal (con esta empresa y muy bien, aunque me va muy poco el rollo visita guiada y nunca acaban de gustarme). Auschwitz deja con el corazón encogido, no conozco a nadie que haya ido y no haya quedado un poco tocado. Las Minas de Sal son espectaculares, pero visitarlas en una tarde me pareció agotador.


Minas de Sal
La parte central de las Minas de Sal, conocidas como la catedral subterránea de Polonia.
Una maravilla.
- El restaurante donde Leo discute con Lucía sobre su relación con Carlos y en el que comen juntos los chicos y las chicas el día que se conocen existen. Por supuesto, no recuerdo sus nombres, pero están situados exactamente donde dice la novela.

- Los bares de leche (Bar Mleczny) existen y todo el mundo dice que es toda una experiencia comer en ellos, pero yo no tuve oportunidad de hacerlo por el tema de los festivos.

- La historia de Diego y Lucía empieza, en cierto modo, en un carrito de golf. Esos carritos existen, y yo, como ellos, recorrí el barrio judío y la zona de la fábrica de Schindler en uno de ellos. Es una turistada impresionante, pero... a mí me gustó. Por desgracia, por el tema de los festivos, no pude entrar en la fábrica. Se lo perdono porque me da la excusa perfecta para volver a Cracovia.

- Y el tren... Ese tren en el que ocurre una de mis escenas favoritas de la historia de Lucía y Diego es el que une Praga y Cracovia. Moderno, rápido, baratísimo y con unos compartimentos dobles que ya quisiéramos por aquí. Superrecomendable si tenéis que trasladaros entre las dos ciudades.


El tren de Praga a Cracovia
Este es el compartimento en el que pasa TODO ESO entre Diego y Lucía.
No, esa parte no está basada en nada que yo viviera en el viaje.
Maldita sea.

Cracovia fue el último destino de mi viaje y, quizá por eso, por los muchos kilómetros y días que llevaba ya a las espaldas, no fue mi ciudad favorita de ese viaje. Me gustó, pero es que la competencia estaba alta. Y una de las grandes competidoras fue la siguiente ciudad por la que pasó el periplo de Viajando hacia mi destino.

Praga

Praga es la ciudad a la que Diego y Lucía llegan después de una intensa noche en tren, la ciudad donde llega su primer beso, la ciudad en la que empiezan a plantearse que están a punto de meterse en un buen lío... Quizá ellos se enamoraron en Praga, pero lo que es seguro es que yo me enamoré de Praga. Y llegué llena de prejuicios, porque odio las ciudades atestadas de turistas y Praga, sin ninguna duda, lo es. Pero ay... qué ciudad tan maravillosa. Como dice Diego en un momento de su paseo por la ciudad, todo tiene un cierto halo mágico, un aire a Hogwarts. Sobre todo por la noche, cuando sus principales monumentos se iluminan y todo es aun más bonito.


Plaza de la Ciudad Vieja de Praga
Plaza de la Ciudad Vieja de Praga

Quizá por lo muchísimo que me gustó Praga, es una de las ciudades que más alusiones reales tiene. Por ejemplo, el apartamento «en pleno Staré Mĕsto» (ciudad vieja de Praga) está ubicado exactamente donde yo me alojé (aquí), aunque la descripción interior es la del apartamento en el que me alojé en Cracovia (este; sí, fue un viaje muy AirBnb), que era mucho más grande y me servía mejor a la trama.


Apartamento de Cracovia
Este es el interior del apartamento de Praga de Leo y Lucía... que en
realidad es el interior del apartamento en el que yo me alojé en Cracovia

Más cosas:

- Por supuesto, el Reloj Astronómico cuyo espectáculo presencian los protagonistas existe y es precioso. Mis fotos de viajes nunca lo son, así que mejor os dejo este vídeo de alguien con más talento.



- También el puente de Carlos y el Muro de John Lennon, del que Diego compra dos lienzos que dicen «You may say I'm a Dreamer» y «But I'm not the only one». Como yo no viajé con un Diego que se llevara la otra mitad, me conformé solo con esto, que lleva en mi habitación casi dos años:


Imagine



Muro de John Lennon
Este es el muro de John Lennon original de Praga

- El restaurante de ese primer beso también existe. Y es casi tan bonito como el momento que comparten en él los protagonistas. No hace falta que os lo preguntéis: tampoco sé cómo se llamaba. Ídem con el italiano donde cenan la segunda noche. Juro que, si vuelvo, apuntaré todos estos nombres. Palabrita.

- El trdelnik. Ay. Este dulce merece un capítulo aparte en mi vida. Me han llegado rumores de que en Madrid y Barcelona hay lugares donde lo venden y me estoy planteando trasladarme. En Viajando hacia mi destino, Lucía y Leo lo prueban en Karlovy Vary, justo el lugar del que hablaremos ahora.


Trdelnik
Esto es un trdelnik, también conocido como la octava maravilla del mundo

Una de las excursiones típicas desde Praga es Karlovy Vary. Como ya sabréis, Lucía llega a este pequeño pueblo a una hora de Praga bastante deprimida. Acaba de dejar atrás a Diego, y no consigue disfrutar de la excursión. La verdad es que yo tampoco lo hice demasiado, pero no por cuestiones amorosas, sino porque no soy yo muy fan de las ciudades cuquis. Soy una rara a la que le suele gustar más lo transgresor de dudosa belleza (tipo Berlín, de la que, evidentemente, hablaré en otra entrada) que los pueblecitos de postal. No digo que no lo recomiende a quien viaje a la zona, pero, para mí, no merece una segunda visita. Se llega en ese bus en que fueron Lucía y Leo (este, impresionante, por cierto; servicios de avión de primera) y de alojamientos no os puedo hablar porque, como ellas, fui y volví en el día.


Karlovy Vary
Karlovy Vary, un lugar precioso. Lástima que yo no sea muy de lugares bonitos.

No sé qué os habrá parecido esta entrada. A mí se me ha hecho un poco raro hacer esa disección de los escenarios de mi novela, pero lo habíais pedido y... ahí está. Pronto escribiré sobre el resto de ciudades de la Saga Destino, aunque poco a poco, que tampoco es plan aburriros con las historias de mis viajes.

¡Gracias por estar por aquí un jueves más!

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