¿Qué hago con mi novela? Editorial vs. autoedición

Escrito por Abril Camino - 18 enero


¡Hola a todos!

Hoy os traigo un tema en el que, para ser sincera, yo tengo poco que opinar. Y diréis vosotros, ¿y qué haces escribiendo una entrada sobre ello? Ah, bueno, pues que yo os puedo dar algo de información, pero, como en otras ocasiones dentro del arduo proceso de escribir una novela romántica, esta será una cuestión de toma de decisiones.
Voy a empezar por contaros las que yo considero las ventajas y desventajas de una y otra opción, y luego hablamos de opiniones.


Edición tradicional

Edición tradicional

La edición tradicional ya sabemos todos lo que es y lo que implica. En primer lugar, una editorial te tiene que elegir. Vamos, que les tienes que enviar tu manuscrito (mucho mejor si lo haces teniendo en cuenta una serie de cuestiones formales, por cierto) y esperar que les guste. Mi consejo siempre será no hacerlo de forma indiscriminada, sino seleccionando las editoriales con las que sí querrías publicar. Como escritores noveles, la tentación de vernos publicados, de que un editor apueste por nosotros es, muchas veces, un caramelo envenenado. Es decir, en el momento en que nos llaman con la noticia de que nos van a publicar, aceptamos lo que nos ofrezcan, no solo en el aspecto económico, sino en todo lo demás. Y esas condiciones, sobre todo en el caso de editoriales de origen dudoso, nos pueden dar muchos disgustos cuando ya las hayamos aceptado.
  
Ventajas y desventajas de la autoedición
¿Principales ventajas de la edición tradicional?
  • Te olvidas del trabajo de edición. Entregas tu manuscrito y ellos se encargan de lo demás.
  • El acceso a los canales de distribución, es decir, te ves a la venta en librerías (con un poco de suerte, tampoco es que sea cien por cien seguro).
¿Desventajas?
  • Las ganancias por cada libro vendido son inferiores a lo que serían en la autoedición.
  • La participación en el proceso de edición es también menor.
Autoedición
Autoedición
Hay una cosa que tiene que quedaros clara desde el principio. La autoedición implica curro, mucho curro. Y conocimientos. Cuantas más cosas sepas hacer, menos cosas tendrás que contratar. Y contratar servicios externos, económicamente, no siempre compensa. ¿Cuál es la buena noticia? Que en todo es posible formarse. Yo, cuando empecé en esto, tenía una buena base para la fase de corrección y algunas ideas (mínimas) de edición de imágenes para ponerme con las portadas. De maquetación, promoción, redes sociales, edición de imagen un poco más avanzada, etc... ni idea. Todo lo he ido aprendiendo por la vía tradicional (cursos, talleres y demás) y por el método ensayo-error, que siempre funciona. Vamos allá con las ventajas y desventajas:

Ventajas y desventajas de la autoedición
¿Ventajas?
  • Tu libro es tuyo, solo tuyo, con todo lo que ello implica: nadie te va a decir que elimines partes del manuscrito, nadie más que tú va a elegir la portada, ni la tipografía, ni el formato de publicación, ni nada.
¿Desventajas?
  • Tu libro es tuyo, solo tuyo, con todo lo que ello implica: vas a tener que tomar todas las decisiones sola, vas a tener que pelearte con bancos de imágenes gratuitos para encontrar la foto para tu portada, vas a tener que aprender a maquetar, a promocionarte, a pelearte con Amazon... ¡a todo!
Dos últimos datos antes de pasar directamente a mi opinión personal. Huid de cualquier proceso de autoedición o coedición que implique un desembolso económico por vuestra parte. No sé cuántos libros os han contado que se venden hoy en día en España, pero muy bien os tendría que ir para amortizar la inversión. Y cuando digo «muy bien», en realidad quiero decir «pegar un bombazo que te mueres y que habrías pegado de todos modos por cualquier otra vía».

Y la otra cuestión, la que no he nombrado hasta ahora, pero que es la que siempre me preguntáis quienes os ponéis en contacto conmigo pidiendo consejo: la promoción. La promoción siempre, siempre, SIEMPRE, va a depender del autor. Siempre. No sois Pérez Reverte ni Ken Follett. La inmensa mayoría de autores noveles con los que he hablado vienen a mí con una idea clara: si me autoedito, ¿cómo voy a darme a conocer? (Con la idea de fondo de que si optan por la edición tradicional, será la editorial quien se encargue de la tarea de lanzarlos al gran público). Malas noticias: no será así en (casi) ningún caso. No seré yo quien os diga que optéis por una opción o por otra, pero, hagáis lo que hagáis, no toméis la decisión en base a la promoción, porque quizá sea este el punto en el que más parecida sea vuestra tarea independientemente de la opción por la que os decidáis.

Edito o autoedito
Antes de despedirme, voy a contestar a la pregunta que más veces me han hecho. Bueno, no. La pregunta que más veces me han hecho es cuál es la mejor opción, la autoedición o la edición tradicional. Pero la segunda es «¿Por qué optaste por la autoedición?». En mi caso, no fue una alineación ideológica. No tengo nada en contra de la edición tradicional. De hecho, ni siquiera he hecho una mínima aproximación a ella. Nunca he enviado un manuscrito a una editorial, por extraño que esto pueda parecer en una escritora. Como ya he contado muchas veces en este blog, mi aproximación al mundo literario fue rapidísima, vertiginosa. Escribí mi primera novela en un par de meses, la corregí en unas semanas, hice un curso de maquetación (fantástico, por cierto, os lo recomiendo: Taller de Maquetación de la Escuela de Formación de Escritores de ESCRibir [editado porque ha cambiado de plataforma]) en el que la preparé para la venta y, cuando me quise dar cuenta, estaba en Amazon. ¿Y por qué? Pues porque, después de dedicar esos 3-4 meses en total a la novela, de forma casi exclusiva, no me apetecía enviarla a editoriales y esperar. Quería verla publicada cuanto antes, y la opción más rápida era, evidentemente, sacarla yo misma al mercado.

Por otra parte, había una razón emocional. Esa novela era mi bebé, mi primer bebé. Le había dedicado todas mis ilusiones durante meses y no me sentía capaz de desprenderme de ella, de entregarla a ciegas sin saber si la experiencia iba a ser positiva o negativa. Soy un poquito obsesa del control, así que me gustó controlar la elección de portada, la tipografía, las opciones de maquetación, etc. No me he arrepentido nunca de haber optado por la autoedición. Desde la publicación de Pecado, penitencia y expiación, he publicado otras tres novelas (y la cuarta, si no muero en el proceso de revisión, llegará pronto) y he seguido eligiendo esta vía. Lo cual no significa que no vaya a cambiar en el futuro, que a mí me gusta más cambiar de idea que de bragas ropa. 
Más información sobre autoedición
Para terminar, os dejo unos enlaces que pueden arrojar un poco más de luz sobre todo este asunto:

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