Mis novelas favoritas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial
Escrito por Abril Camino - 15 octubre

No quería que se me escapara este 2020 extraño y cruel sin publicar esta entrada. En este año, se han cumplido setenta y cinco años del final de la Segunda Guerra Mundial y, mientras que otros acontecimientos históricos, incluso más recientes, se han perdido en el olvido del tiempo, esa contienda sigue presente a diario en nuestras vidas a través de la ficción.
Tengo una relación de amor-odio con las novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. Es una época histórica que siempre me ha fascinado como solo pueden hacerlo los momentos más altos y más bajos del ser humano. Por eso, algunas de mis novelas favoritas exploran esos límites que alcanzó la humanidad hace ahora setenta y cinco años. Pero, al mismo tiempo, odio que se haya frivolizado tanto con la ambientación, que hayan proliferado las novelas tipo «El/la _____ de Auschwitz», muchas veces mal documentadas, escritas probablemente solo en busca del reclamo comercial... y a mí eso me parece una falta de respeto a tantos millones de víctimas.
Por eso llevaba tiempo queriendo publicar esta entrada. Porque hay auténticos novelones escondidos en medio de ese maremágnum de publicaciones y algunas de ellas son historias que me han emocionado, me han marcado y no he conseguido olvidar, a pesar de que hace años que las leí. No todas son novelas históricas; algunas ni siquiera son novelas, sino ensayos. Por aquí os dejo mis favoritas (pulsando sobre las portadas podéis acceder a la ficha en Amazon de cada novela, para ver su sinopsis o comprarla):
El ruiseñor, de Kristin Hannah
Una historia de dos hermanas en la Francia ocupada, su diferente forma de enfrentarse a la presencia de los alemanes en su país, a la pérdida y a la resistencia. La novela con la que conocí a Kristin Hannah y que hizo que se convirtiera en una de esas autoras de las que me leería hasta la lista de la compra.
Una mujer en Berlín, anónima
Una mujer en Berlín sería una historia terrible si fuera ficción..., pero es que es realidad, lo que convierte todo lo que atraviesa su protagonista en algo mucho más aterrador. Es la biografía de una mujer que ha sobrevivido a la guerra en Berlín, pero no habrá paz para las mujeres en la ciudad cuando el ejército ruso entre en ella.
28 días, de David Safier
Todo el mundo alaba a David Safier en su versión cómica, pero yo solo he leído esta novela suya, que es un drama tremendo, y me fascinó cuando lo hice. La novela narra los veintiocho días que el gueto judío de Varsovia resistió el asedio nazi. La protagonista es apenas una adolescente a la que le tocará crecer en uno de los peores entornos de la historia reciente de la humanidad.
La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows
Ya he hablado alguna vez por aquí de cuánto me gusta la novela epistolar. Y este libro es uno de los culpables de ese flechazo. Es una historia de supervivencia en la isla de Guernsey, una de las islas británicas del Canal de la Mancha y posición estratégica durante la guerra, lo que determinará el destino de varios de sus protagonistas.
El niño con el pijama de rayas, de John Boyne
Hace siglos que la leí y me impactó muchísimo. John Boyne es uno de mis autores favoritos (hablaré de él próximamente en esa sección del blog) y lo es en gran parte por esta historia de dos niños que viven la guerra desde dos puntos de vista tan diferentes como lo son los dos lados de la alambrada de un campo de concentración. Pero, al final, son niños... El final es uno de los que más me ha impactado en mi vida.
El amor más grande, de Olga Watkins
También hace muchos años que leí esta novela y guardo un recuerdo precioso de ella, a pesar de que la historia que cuenta no puede ser más dura: una pareja separada por la guerra y la posguerra, que recorre media Europa para intentar reencontrarse en medio de la época más cruel.
La bailarina de Auschwitz, de Edith Eger
He dicho antes que las novelas «... de Auschwitz» me tienen un poco cansada, pero esta es una de las excepciones. Para empezar, porque es la historia real de su autora, Edith Eger, que bailó para Mengele en Auschwitz. Y también porque es una novela que no se regodea en el dolor, sino que es en realidad un tratado de la autora (psicóloga) acerca de cómo su experiencia en el campo de concentración le ha servido para el desarrollo de su labor clínica.
Si esto es un hombre, de Primo Levi
Quizá la obra más conocida sobre el infierno de Auschwitz. Primo Levi fue un superviviente del campo y su trilogía (Si esto es un hombre, La tregua, Los hundidos y los salvados) es quizá la aproximación más precisa y aterradora a la rutina del día a día en el campo de concentración. Terrible pero necesario para no olvidar.
Expiación, de Ian McEwan
Una obra maestra que no necesita más definición que esa. Lo leí hace muchos años, en la facultad, y siempre lo recordaré porque todo lo que me transmitió me hizo olvidar que era una lectura obligatoria. La guerra desde la perspectiva de una novela que son en realidad muchas novelas dentro de una sola.
El diario de Ana Frank
Uno de esos libros imprescindibles que muchos leímos en la adolescencia. Yo era tan jovencita cuando lo leí que ni siquiera sabía cómo acababa la historia, así que el impacto fue doble. De la historia de Ana Frank está todo contado, no voy a ser yo quien la descubra. Pero creo que, si solo pudiera recomendar un libro sobre esta temática, sería este.
El último baile, de Marisa Sicilia
Que Marisa Sicilia escribe de maravilla es algo que sabe cualquiera que la haya leído. A mí me gusta particularmente en el registro histórico. Y en El último baile se atrevió con una historia que abarca varias décadas de la primera mitad del siglo XX, en una mezcla de los momentos más dulces y más duros de nuestra historia reciente. Es una historia de amor, sí, pero es muchísimo más.
El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl
En una línea muy similar a La bailarina de Auschwitz, esta obra de Viktor Frankl se divide en dos partes. La primera son unas memorias del autor, de sus vivencias en el campo de concentración. La segunda es un auténtico tratado de Psicología centrado en la logoterapia, la teoría psicológica que él mismo acuñó, en parte como consecuencia de su cautiverio.
El invierno del mundo, de Ken Follett
Con Ken Follett tengo una relación de amor-odio. Sus libros tienen lagunas enormes, me parecen muy mejorables..., pero al mismo tiempo cada vez que uno cae en mis manos me provoca una adicción terrorífica. Su trilogía del siglo es extensísima (cada volumen se ocupa, respectivamente, de la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría) y este libro, el segundo, es mi favorito, aunque creo que se disfruta más habiendo leído el primero.
La bibliotecaria de Auschwitz, de Antonio G. Iturbe
Y esta es la otra excepción que hago a los libros «... de Auschwitz». ¿Por qué? Pues, en primer lugar, porque está maravillosamente escrita. En segundo, porque cuenta una historia real, bien documentada. Y en tercero, porque habla del amor como una luz de esperanza incluso en el entorno más oscuro: el amor por la familia, por los libros y por el ser humano en sí mismo.
La luz que no puedes ver, de Anthony Doerr
Y acabo el listado con esta preciosa novela, que fue Premio Pulitzer en el 2015 y que forma parte de las novelas más bonitas que he leído nunca. Es la historia de una chica francesa ciega y un soldado alemán que acaba en la guerra casi por casualidad, por pura obligación. Es la narración pausada de una generación de niños que se vieron abocados a un destino horrible y que encuentran en lo cotidiano el último punto de contacto con la cordura.
Y hasta aquí mi listado de favoritas. Espero vuestras recomendaciones y, si habéis leído alguna de las que menciono, también conocer vuestra opinión. ¡Gracias, como siempre, por leerme!
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