Portadas de novela romántica: lo mejor, lo peor y lo más WTF

Escrito por Abril Camino - 09 junio


Hace ya tiempo que llevo pensando (y hablando con algunas compañeras) que el mundo de la novela romántica está cambiando. Es algo de lo que hablaré otro día, en cuanto encuentre la manera de hacerlo sin ofender a demasiada gente, cosa que suelo hacer incluso cuando no me lo propongo. Bueno, el caso es que yo veo un cambio de rumbo hacia otras temáticas, otro público y... otras portadas. Y de eso os voy a hablar hoy. De las portadas de novela romántica.


Hace unas semanas, leí en Librópatas (una de mis webs literarias favoritas, por cierto), este análisis de la evolución de las portadas románticas. En él, hablaban de Fabio Lanzoni, ese modelo italiano que protagonizaba todas las portadas hasta hace no demasiado tiempo, y que acabó convertido en escritor de romántica porque este mundo está puto loco es así.

Portadas de Fabio Lanzoni
Fabio Lanzoni en todo su ¿esplendor?

Parece que en Estados Unidos lo hortera sigue triunfando (siempre según mi criterio, ojo, que los gustos son como los culos, ya se sabe): vamos... lo descamisado, evidente y con un poco de escenas de cama. He aquí algunos ejemplos de las diferencias entre la edición americana de dos novelas de la gran Julia Quinn y sus correspondientes europeas. Es fácil encontrar las siete mil diferencias, ¿no?

Because of Mrs Bridgerton
A la izquierda, portada americana de Because of Mrs Bridgerton. A la derecha, portada británica.

La suma de todos los besos
A la izquierda, portada americana de La suma de todos los besos. A la derecha, portada de la edición española.

En el momento del boom de la novela romántica, a partir del éxito de Cincuenta sombras de Grey y demás, parece que las portadas se estereotiparon según el subgénero: en histórica regencia mucha buenorra con castillo de fondo; en highlanders, pecholobo con tatuajes tribales (modo coherencia histórica off); en erótica, mucha corbata, esposas y máscaras; en chick-lit, copas de cóctel y taconazos... and so on.

Amor con amor se paga
¿Podemos bautizar esto como cheerleader victoriana?

Pero aún hay esperanza. En los últimos tiempos, me he encontrado con algunas portadas preciosas. La suma de todos los besos (la que os he dejado ahí arriba) es una de mis favoritas de autoras internacionales. En españolas, me flipan las de Herbarium. Las flores de Giddeon, de Anna Casanovas, o La felicidad es un té contigo, de Mamen Sánchez. Incluyo también aquí la trilogía Mi elección, de Elísabet Benavent, porque, aunque a mucha gente le han horrorizado (a mí a ratos), sí me parecen un ejemplo comercial de manual. Algunos medios, como este artículo, mantienen que este giro en las portadas es uno de los motivos del auge del género romántico y... estoy bastante de acuerdo. Desde luego, no me veo yo comprando un libro con una de las portadas de Fabio.

Mis portadas favoritas de romántica española
Mis portadas favoritas de romántica española

Por último, voy a dejaros unas cuentas cosas muy WTF que me he encontrado por ese maravilloso mundo que es internet. Para vuestro exclusivo uso, disfrute y descojone:

Sí. Eso verde, tan magistralmente creado
con Photoshop Paint, es... un pedo

Es a-co-jo-nan-te que no vaya en torso desnudo bajo el mono.
Sería una vuelta al fabismo muy trabajada.

Tiene mucho mérito que un hombre de cera pueda sostener a
un bebé. Y que alguien que escribe una serie
llamada Billonarios y bebés vuelva a salir a la calle.

Hey, nenas, no me digáis que no os pone a mil. Matadme.

No sé si empezar a analizar por el hombre monopezón, la mujer
con pinta de... en fin, o la postura doggy style

Muy mejorable. Cambiando la manzana por un pepino, sería de 10.

Si es que lo malo no es el secuestro. Lo peor es la cara que se te queda.

A ver a quién no le ha pasado que la persiga un tío
en bolas con una extraña pistola en la mano.

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