Yo no sé si es que me estoy convirtiendo en una señora mayor aún de lo que indicaban las velas de mi última tarta de cumpleaños, pero lo cierto es que últimamente los meses se me pasan volando. Me parece que ayer era Navidad y aquí estamos, diciendo adiós al mes de abril.

Y como en cada final de mes, toca repasar lecturas para elegir mi favorita de los últimos treinta días. No ha sido este un mes muy lector (dentro de mis cifras, claro): he abandonado nada menos que cuatro libros, he hecho de lectora cero de varios manuscritos y he tenido pocas dudas a la hora de elegir la novela que está en lo más alto de mi top mensual. Es La chica salvaje, de Delia Owens.

La compré hace meses en un Kindle Flash y me vino luego muy recomendada por una buena amiga a la que también enamoró. Eso hacía que las expectativas estuvieran muy altas y me diera algo de miedo, pero... no hubo decepción. 

La chica salvaje es la historia de la hija más pequeña de una familia desestructurada, Kay, una niña que, desde los diez años, tiene que sobrevivir sola en las marismas en las que nació y de las que poco ha salido. No ha ido al colegio, no tiene más que un amigo ocasional y sufre el desprecio y el acoso de los vecinos del pueblo.

Cuando Kay tiene veintitrés años, un chico del pueblo aparece muerto en extrañas circunstancias. Enseguida las sospechas recaen sobre ella, sobre la extraña muchacha de las marismas, y gran parte de la novela la componen la investigación y el juicio.

Lo que me ha encantado de la novela:

- La aproximación antropológica a Kay, a una niña salvaje, a sus sentimientos de abandono, su miedo a la sociedad y su pasión por la naturaleza.

- La nómina de personajes secundarios, aquellos que fueron capaces de ver en ella algo más que a una chica salvaje acusada de asesinato.

- Las descripciones de la naturaleza. La autora es zoóloga y se nota. Al comienzo de la novela incluso me pareció que quizá se excedía, pero enseguida coge ritmo y las descripciones pasan a ser simplemente una ambientación perfecta para la historia de Kay.

- El final. Porque es perfecto. Incluso aunque lo adiviné muchas páginas antes. Perfecto. Sin más.

Lo que me ha gustado un poco menos:

- Sin pedirle que meta el dedo en la llaga, sí es verdad que algunos momentos muy intensos de la trama se resuelven de forma algo fría. Pero me da igual. Está todo el edificio de la novela tan bien montado que consiguió emocionarme sin necesidad de dedicar más de dos líneas a algún momento crucial.

- Por momentos, la historia del desarrollo personal de Kay según va haciéndose mayor me pareció algo fantasiosa, pero... eso también me dio igual. No sé si alguna vez os ha pasado encontraros con una novela que no es perfecta, pero aun así... la sensación que os transmite sí lo es. Que le perdonáis fallos o cuestiones que a otras novelas no le pasaríais por alto. Para mí, esta es una de ellas. Y yo soy muy exigente, pero cuando una novela te llega tanto... mejor dejar el análisis para otro momento y limitarse a disfrutar.

Creo que, después de todo lo que he dicho, sobra aclarar que la recomiendo, ¿no? Es una novela que no se adscribe exactamente a ningún género y, sin embargo, creo que puede gustar a cualquier lector. Si la habéis leído, estaré encantada de comentarla con vosotros.

Como siempre, muchas gracias por leerme. Nos vemos en próximas entradas de recomendaciones.