Seis recomendaciones literarias para sacar el mejor partido al verano

Escrito por Abril Camino - 22 junio


¡Hola!

Hacía mucho tiempo que no os traía por aquí recomendaciones literarias o reseñas, ¿verdad? Como os conté hace algún tiempo, el blog se había convertido en una obligación incómoda para mí, que reseñar todo lo que leía había dejado de parecerme guay y divertido, y que lo dejaba hasta que realmente me apeteciera recomendar algo. Bien, pues ese día ha llegado. En los últimos meses, he ido acumulando lecturas que me han encantado, me han emocionado, me han hecho reír y/o llorar, o que he acabado deseando gritarle a todo el mundo que corra a comprar el libro porque es de esos que merecen la pena. Y, ahora que llega el verano y casi todos tenemos algo más de tiempo, es el momento de compartirlas con vosotros. No os voy a contar las sinopsis porque supongo que sabéis usar un link, ¿no? 😉. Solo os voy a hablar de lo que me hicieron sentir:


El ruiseñor, de Kristin Hannah


Ay. Qué bonito. Si alguien es capaz de cerrar este libro y que no se le escape esa frase, que me cuente el secreto. El ruiseñor cuenta una historia de amor, sí, pero es muchísimo más que eso. Es la historia de una época, de un lugar y un tiempo concreto, la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial. Es la historia de personas que se tienen que convertir en héroes cuando no entraba en sus planes y de otras que se convierten en villanos por haber nacido en el lugar equivocado. Una preciosidad de libro, de los que dejan resaca literaria fuertecita.


El ruiseñor, de Kristin Hannah

Las últimas cenizas de Auschwitz, de Judith Priay

Lo confieso: esta novela me daba miedo antes de leerla. Siempre me ha gustado lo que he leído de Judith Priay, pero me daba pánico que aquí hubiera demasiada carne en el asador: una serie de historias LGTB entrelazadas, ambientadas en tres épocas temporales muy diferentes, incluyendo lo más duro de la Segunda Guerra Mundial (el título no deja lugar a dudas). Telita. Pronto me di cuenta de que me iba a gustar, pero creo que no esperaba llegar a la palabra «Fin» llorando como una magdalena y maravillada con una trama que roza la perfección. Recomendadísimo.




Las últimas cenizas de Auschwitz, de Judith Priay

Palabras que nunca te dije, de María Martínez

Fue una de mis adquisiciones en la Feria del Libro de Madrid y sabía que iba a tardar muy poquito en caer porque lo que había leído hasta el momento de María Martínez me había encantado. Y Palabras que nunca te dije no podía ser menos. De hecho, fue más. Es la historia de una mujer paralizada en un momento de su vida y un hombre que, en cierto modo, también lo está, aunque por motivos muy diferentes. La ambientación, en la Provenza francesa, es perfecta; los personajes, también. Y la trama. Pero, sobre todo, la forma en que está escrito, con tanto gusto, tanta delicadeza... me conquistó. 


Palabras que nunca te dije, de María Martínez

El método 15/33, de Shannon Kirk

Olvidaos de las historias de amor, porque este libro es algo muy diferente. El método 15/33 es la historia del secuestro de una adolescente. Me cuesta encuadrarla en un género, porque tiene algo de novela negra, algo de thriller psicológico y algo de juvenil, incluso. Una novela en la que las víctimas se convierten en verdugos y una oda a la venganza que se aleja muchísimo de cualquier cosa que estemos acostumbrados a leer. Y eso... siempre se agradece. Un consejo: no la empecéis de noche o iréis a trabajar sin dormir porque os juro que es imposible encontrar un momento para dejarla.


El método 15/33, de Shannon Kirk

La casa del propósito especial, de John Boyne

Paren las rotativas, que viene una de las mejores novelas que he leído en mucho tiempo. Reconozco que La casa del propósito especial me tocó uno de mis puntitos débiles, la historia-leyenda del final de la dinastía Romanov, en una época política tan convulsa en la que caían los imperios y empezaba a modelarse la Europa que conocemos. Digo lo mismo que con El ruiseñor: esta novela cuenta una historia de amor preciosa, pero es mucho más que eso. Tantas cosas que es imposible que os las resuma, mi (ferviente) consejo es que la leáis para descubrirlo. Pero, si algo destaca por encima de todo, es una estructura narrativa de esas que hace que, como escritora, me odie un poco por saber que jamás seré capaz de que se me ocurra una maravilla así.


La casa del propósito especial, de John Boyne

Caótica Jimena, de Neïra

Ay. Os juro que hasta se me ha puesto un poco la piel de gallina solo con escribir el título de esta novela. Caótica Jimena es el último trabajo de Andrea Longarela, Neïra, y salió ayer a la venta. A estas alturas, a poco que nos conozcáis a cualquiera de las dos, sabréis que somos amigas, así que he tenido la gran suerte de leer esta novela antes de su publicación. Dos veces. Sí, dos. ¿El motivo fundamental? Que es muy difícil desengancharse de la historia de Jimena y Bruno. De la contención de ella, de la espontaneidad de él, del equilibrio y el caos que son los dos juntos. De los avatares de un amor que va aprendiendo que a veces quererse no es suficiente. Que hay que hacerlo bien. Y que las circunstancias acompañen. Y no os digo nada más porque la tentación de haceros un spoiler es gigante.

Bueno, no os digo nada más de la trama, pero hay mucho que decir del estilo, del tono. Si habéis leído a Neïra antes, sabréis de lo que hablo. Pero es que Caótica Jimena es más. En todo. Es más íntima, más lírica, más poética. Es una novela que es muy difícil leer sin tener la piel de gallina hasta que lees la palabra «Fin» (y unas cuantas horas más). Es sentimiento y es empatía. ¿Y sabéis qué más es? Es calidad. Es una novela autopublicada con mucho trabajo detrás, con muchas relecturas, con muchas correcciones, con mucho esfuerzo y mucho empeño. Y a lo mejor a otra gente eso le importa menos, pero a mí me hace sentir muy orgullosa, como lectora, como compañera y como amiga. No sé si os ha quedado claro que es mi novela favorita en lo que va de año, pero, si no habéis dejado de leer esta entrada para iros a comprarla, es que he hecho algo mal. 

Caótica Jimena, de Neïra

Y esto es todo (que es mucho) por hoy. No os voy a decir eso de que nos vemos el próximo jueves, porque estoy muy en plan hippy últimamente y lo mismo me salto la entrada. O no. O vuelvo en un mes. Estoy dedicando todos mis esfuerzos a avanzar en un par de proyectos literarios que tengo a medias y, al fin y al cabo, para escribir novelas es para lo que me dedico a esto. Aunque prometo no abandonar del todo el blog. De verdad de la buena.

¡Mil gracias por seguir ahí!

PD: Si estas recomendaciones no os convencen, no seré yo quien me enfade si leéis Como te veo yo. EJEM.

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