¿Sentir o no sentir (una novela)? Esa es la cuestión

Escrito por Abril Camino - 16 abril

¿Sentir o no sentir (una novela)? Esa es la cuestión

Es complicado dedicarse a una profesión en la que están entrelazadas las emociones con lo puramente objetivo. Es precioso también, no pienso quejarme, pero... sigue siendo complicado. No conozco a ningún escritor que no se implique emocionalmente, en mayor o menor medida, en sus novelas. Pero tampoco conozco a ninguno para quien todas sus novelas signifiquen lo mismo.

¿Es imprescindible sentir una novela, dejarse el alma en ella, para que el resultado sea bueno? ¿Es directamente proporcional la emoción que embarga al autor durante el proceso creativo a la calidad final del producto? Yo creo que no. Depende de la persona, del género que escriba, del proyecto concreto... Incluso conozco casos (bastantes) en los que ocurre lo contrario. Un autor se implica tanto emocionalmente con un proyecto que acaba perdiendo objetividad. 


Esto ocurre mucho con la primera novela, cuando escribimos sin que sea nuestra profesión, ni siquiera una afición, sino más bien un sueño cumplido. Lo he vivido muchas veces en mis tareas de correctora: que alguien esté tan emocionado con sus primer proyecto que no acepta que ha cometido errores, que su manuscrito mejorará con algunas modificaciones. Yo misma, hoy en día, con catorce o quince novelas escritas a la espalda, modifico prácticamente todo lo que me proponen mis lectoras cero o mis correctoras. En mi primera novela... me costaba hasta cambiar una coma.

Así que no, no creo que sentir un proyecto hasta el tuétano lo convierta de manera inmediata en algo mejor. Creo que hay escritores profesionales excelentes, que realizan su trabajo de ocho a tres, como si fueran oficinistas, y los resultados son magníficos. Pero aquí entra en juego el género, también. Yo escribo sobre sentimientos, creo que siempre lo haré. Y es imposible que mis emociones no se entremezclen en algún momento con las de los personajes. Que lo que yo siento por la novela no se quede tatuado en el texto en sí.


Que por qué os cuento todo esto, os preguntaréis. El viernes pasado, por fin me decidí a hablar en mis redes sociales de la que será mi próxima novela publicada. Aún no tengo fecha definitiva ni he enseñado la portada, ni siquiera he desvelado el título o sus iniciales. Bueno, venga... allá va. Las iniciales las diré ahora: EANYUMI. Un día de estos jugamos en Instagram a desvelar lo que significan; os doy un tiempito para pensarlo 😉.

EANYUMI fue un chispazo. Un enamoramiento fugaz. Un proceso de escritura diferente a todos los que había vivido hasta entonces. Para empezar, llegó cuando estaba a mitad de la escritura de otro proyecto y tuve que dejarlo todo para ponerme con su historia. La escribí en un suspiro y, cuando acabé, tuve tal bloqueo que lo único que logré escribir en los siguientes meses (retomar el manuscrito que había abandonado) está en un cajón a la espera de reescritura porque el resultado no fue bueno. ¿Recordáis que os hablaba de las emociones que puede llegar a provocarnos una novela? Pues a veces se convierten en resaca, como veréis. Pero a mí me ha merecido la pena en este caso.


Voy a hacer una confesión que no sé si me deja en muy buen lugar: con cada nueva novela, me cuesta más hacer promoción. Publicando dos o tres novelas al año, me parece ridículo decir de cada una que es muy especial, que significa muchísimo para mí, que vivo enamorada de sus personajes. Creo que cualquiera que me siga en redes puede intuir qué novelas significan muchísimo para mí y cuáles me dejan más indiferente. Eso no significa que sean mejores o peores ni que la opinión tenga que coincidir con la mayoritaria de los lectores. ¡Solo faltaría!

Por eso, no he encontrado otra manera de empezar a hablar de EANYUMI que con una entrada en el blog. Sin palabras rimbombantes, sin exageraciones, sin promoción disfrazada de emociones. En respuesta al dilema que planteaba al principio del texto: no, no creo que sea imprescindible dejarse el alma en una novela para que el resultado sea bueno. 

Pero en esta yo me lo dejé todo


Nunca he sentido tanto una historia. Nunca me ha durado tanto la resaca emocional de unos personajes. Nunca he tenido tal necesidad de releer fragmentos, incluso más de un año después de acabarla, solo para seguir sintiéndolos cerca. Tengo a la vez las mayores ganas y un miedo atroz a que salga a ver mundo, a que llegue a todos, a compartirlos. Pero creo en ellos. Suena fatal que yo lo diga, pero creo que es lo mejor que he escrito. Tal vez no sea lo que más guste, no lo sé, pero objetivamente... creo que sí es lo mejor. Al menos es de lo que más orgullosa estoy. Sobre el resultado... tendréis que opinar vosotros. Será pronto. Ya no aguanto más sin presentaros a Elena y Javier.

PD: En los próximos días, iré dando noticias sobre la publicación de EANYUMI en mis redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram). La fecha definitiva de publicación está condicionada a algunas cosas que han cambiado por culpa de la situación en la que estamos inmersos en este momento. Pero prometo que será pronto. Tanto la confirmación de la fecha como la publicación en sí.

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