8 libros que me han hecho disfrutar, reír, llorar, aprender y VIVIR en este 2018

Escrito por Abril Camino - 20 diciembre

8 libros que me han hecho disfrutar, reír, llorar, aprender y VIVIR en este 2018

Hay libros que se olvidan rápido. Libros que nos hacen disfrutar, pero no dejan poso. Libros horribles también, claro, aunque yo suelo abandonarlos sin remordimientos. Libros mediocres, que no te horrorizan, pero no sabes muy bien por qué les has dedicado tiempo. Y luego están los otros. Los que te cambian. Los que sabes que nunca vas a olvidar. Los que releerás en el futuro. Los que te han hecho reír, llorar, emocionarte. Los que te han enseñado algo. Los que recomendarás a todo el mundo hasta que se cansen de oírlo.

En esta última categoría, para mí, en este 2018, entran ocho libros. En total, en este año he leído 118 libros (hasta el momento; podéis verlos todos en el challenge de GoodReads), además de los que he leído como lectora cero o como correctora. Y muchos más que estos ocho me han hecho disfrutar. Pero estos son los elegidos. Los que siempre estarán ahí, en un lugar muy especial de mi estantería:

Instrumental, de James Rhodes


Fue una de mis primeras lecturas del año y, cuando cerré el libro, ya supe que iba a formar parte de esta lista. Instrumental es la autobiografía de James Rhodes, ese pianista que se nos ha colado a todos en casa a través de Twitter y algunas intervenciones televisivas, y que ha revivido la música clásica y la ha hecho un poco «para todos los públicos». 

Instrumental


En este libro nos encontramos con una historia dura, aterradora. La historia de un niño que sufre los peores abusos imaginables y el adulto lleno de fantasmas en que se convierte al crecer. Y en medio de todo ello, la música, como una forma maravillosa de salvarnos del dolor.

Nosotros, de David Nicholls


Este año he descubierto a algunos autores que se van a quedar conmigo para siempre (una que se ha salido por los pelos de esta lista es Kristan Higgins, de la que me he leído cuatro o cinco libros). Pero David Nicholls... eso es otro nivel. Me he leído las tres novelas suyas que están traducidas al español (las otras dos son Siempre el mismo día y No hay más preguntas), pero la palma se la lleva Nosotros, la historia de un hombre de mediana edad en crisis con su mujer y su hijo adolescente.

Nosotros


La trama podría ser dura, pero la forma de contarla la hace tremendamente divertida. Es una de las pocas novelas que he leído en mi vida que me ha arrancado carcajadas de las de hacerme soltar lagrimones. Un humor británico finísimo que hizo que, probablemente, esta fuera la novela que más disfruté en el año.

Nuestra casa en el árbol, de Lea Vélez


Me habían recomendado mucho Nuestra casa en el árbol y solo puedo arrepentirme de no haberla leído antes. Esta novela de Lea Vélez cuenta la historia de una madre que, tras enviudar, se marcha con sus tres hijos a Inglaterra, a la casa que heredó de su marido, a iniciar una nueva vida.

Nuestra casa en el árbol


Es una crítica increíblemente bien hilada sobre la educación de los niños de altas capacidades, representados en unos personajes infantiles brillantes. Los diálogos son para enmarcar y el mensaje de duelo, superación, lucha y amor que transmite la novela es un poso que deja durante mucho tiempo después de acabar de leerla.

La voz dormida, de Dulce Chacón


Qué maravilla. No se me ocurre otra forma de empezar a hablar de esta novela que esas dos palabras. A pesar de lo duro, de lo horrible, de lo aterrador que es lo que cuenta en sus páginas. La voz dormida es la historia de un puñado de mujeres en la terrible posguerra española, en el peor escenario posible: la cárcel de mujeres de Ventas.

La voz dormida


Las relaciones entre ellas y con las personas queridas a las que dejaron fuera, el dolor de tanta muerte y desolación, las injusticias, las persecuciones... La novela, en la pluma de su autora, tiene la capacidad para teletransportarnos a una época que a veces resulta difícil creer que sea tan cercana en el tiempo y el espacio. Y de emocionar hasta la lágrima y dejarnos el corazón encogido en el pecho.

El último baile, de Marisa Sicilia


Llevaba mucho tiempo con El último baile entre mis novelas pendientes y al fin este verano tuve tiempo para leerla. Y qué maravilla. La historia de sus protagonistas abarca unas cuantas décadas en el tiempo y en su evolución podemos ver, al mismo tiempo, la de la historia de Europa.

El último baile


Me fascinó la narración de los despreocupados años veinte de Berlín, de la aterradora década siguiente, con la irrupción de los nazis, la guerra, el miedo... en dos escenarios tan significativos en la época como Viena y Berlín. Y la historia de amor entre sus protagonistas, tan real, tan poco idealizada, tan adaptada a su tiempo. Marisa ya me había enamorado en histórica con El juego de la inocencia, pero con El último baile se ha superado.

Hora de partir, de Jodi Picoult


Mira que me habían recomendado Hora de partir... y yo no me decidía a leerla. Afortunadamente, le llegó su momento. Y me pasé una semana envuelta en una historia que es un auténtico canto al amor de una hija por su madre, de una madre por su hija. Todo ello, con muchos elefantes de fondo. Tantos que acabé la historia con tentaciones de coger una mochila e irme a vivir entre ellos, como hacen los protagonistas de la novela.

Hora de partir


El elenco de personajes es absolutamente genial, de los mejorcitos que me he encontrado en mucho tiempo. Y el conflicto incluye una sorpresa que, aunque yo me la vi venir desde más o menos la mitad del libro, no me restó ni un ápice de disfrute. Una auténtica maravilla de libro, lleno de dulzura y amor.

Volverás a Alaska, de Kristin Hannah


No pensaríais que en el repaso de mis libros favoritos de un año entero no estaría Kristin Hannah, ¿no? Si en 2017 leí de ella El ruiseñor (absoluta maravilla) y El baile de las luciérnagas (una preciosidad), en 2018 fue el turno de Jardín de invierno y Volverás a Alaska. Me ha costado elegir la que más me gustó de las dos, pero creo que me quedo con la de Alaska, aunque por poquito.

Volverás a Alaska


En Volverás a Alaska, la autora nos teletransporta a ese lugar tan mágico, a la dureza de sus inviernos y las peculiaridades de sus habitantes, a través de su protagonista, una niña que sufre la presencia de un padre complicado, cuya decadencia acaba precipitando una trama un poco peliculera (lo reconozco) pero que te mantiene atrapado a sus páginas con ganas de intervenir y ayudar a unos personajes con los que es imposible no encariñarse.

La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero


Reconozco que nunca había leído nada de Rosa Montero (mea culpa). Me estrené con esta novela porque me apasiona la figura histórica de Marie Curie, en torno a la cual se articula un auténtico canto al duelo, a la ausencia, al dolor y a la lucha de las mujeres por conseguir nuestro lugar en la sociedad.

La ridícula idea de no volver a verte


Lo que más me gustó, de largo, de La ridícula idea de no volver a verte, es la enorme cantidad de frases que subrayé. Yo, que no subrayo nunca nada en los libros. Pero es que no os podéis imaginar cuantísimos fragmentos leí... y a continuación retrocedí, volví a leerlos y me quedé un ratito mirando a la pared repitiéndome la frase en mi cabeza.

Y esto es todo. Espero que el 2019 me regalé otro buen puñado de lecturas tan tan buenas como estas. Seguiré informándoos de todo lo que lea en el repaso mensual (el de diciembre llegará el mismo día 31, si saco tiempo en medio de la vorágine navideña para escribirlo... que espero que sí). Aprovecho la ocasión para desearos a todos unas felices fiestas 🎄🎅. Que las disfrutéis mucho... o, al menos, que no las sufráis demasiado.

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