Cambiar para volver a ser yo

Escrito por Abril Camino - 08 diciembre


Este lunes no hubo entrada de reseñas. Seguro que os pensabais que me había ido de puente, eh. Pues nada que ver. De hecho, por el momento, no va a haberlas en una buena temporada. Tocan cambios en el blog. Sí, otra vez. Si en algo he sido especialista toda mi vida es en cambiar. He cambiado de trabajo, vocación y de millones de cosas más un montón de veces. ¿Por qué? La explicación corta es que soy un culo inquieto. La larga... supongo que implica una mezcla de tener inquietudes variadas, de no soportar hacer algo que no me gusta y de una eterna búsqueda de mi lugar en el mundo. Pero no he venido aquí a contaros mi vida (al menos hoy), sino a explicaros por qué no habrá más reseñas por aquí, entre otras cosas.

Lo confieso: hace algún tiempo que no me gusta demasiado lo que hago. ¿Y qué es lo que hago? Esto sí os lo voy a resumir un montón: dedicar más tiempo al blog y a las redes sociales que a escribir. Y cuando digo «más tiempo» es, básicamente, que hace meses que no escribo apenas ficción. Y escribir novelas es el motivo por el que me metí en este mundo, ¿no?



El caso es que siempre voy pillada de tiempo (¿y quién no?). Si me seguís en Twitter o Facebook, sabréis que escribo en Trendencias un montón de artículos cada mes. Además, me dedico a hacer correcciones, maquetaciones y otros servicios de coaching literario. El tiempo libre que me queda lo reparto entre tener una vida personal (no toda la que debería) y... ser escritora. Pero es que «ser escritora», en algún maldito punto del camino, dejó de consistir en escribir novelas.

Una cantidad bastante considerable de mi tiempo como escritora se dedica a escribir en este blog y a gestionar mis redes sociales. ¿Y sabéis qué ha acabado pasando? Que he acabado odiando mi blog y mis redes sociales. Quizá esta última frase sea el mayor ataque de sinceridad que he tenido en mi vida. Los he acabado odiando porque me he pasado demasiado tiempo obsesionada con cumplir todos los preceptos de un marketing editorial en el que no voy a decir que no creo, porque hay mucha gente que sabe más que yo de esto, pero... que no es para mí.


Efectivamente, el marketing editorial... no es para mí. Programar mis redes sociales y pensarme durante días qué contenidos compartir en ellas en lugar de escribir la primera gilipollez que se me pase por la cabeza... no es para mí. Obligarme a escribir una entrada semanal con reseñas de lo que he leído... no es para mí. Escribir solo cosas relacionadas con la novela romántica... no es para mí.

No os podéis imaginar las horas que le he dedicado en el último año y medio al marketing editorial. Y hoy me he preguntado... ¿qué habría pasado si esas horas las hubiera dedicado a escribir? Quizá este blog no tendría los seguidores que tiene, pero puede que yo tuviera una novela más en el mercado. O que hubiera desatascado las que tengo a medias, que no son pocas. O no. Quizá lo habría dedicado a beber cerveza y ver Netflix, lo cual habría sido un éxito absoluto.


El caso es que, desde hoy, he decidido cambiar para... para volver a ser yo. Para volver a ser la persona que, cuando trabajaba fuera de casa, soñaba con la hora de salida para plantarse delante del portátil a escribir historias que quizá acabarían convertidas en novelas o quizá no, pero que la hacían volar durante un buen rato. Para volver a ser la persona que escribía chorradas en las redes sociales, aunque fueran políticamente incorrectas o las publicara a las horas de menos audiencia. Para volver a ser Abril Camino, no una oficinista que programa tuits y entradas de Facebook y que escribe entradas en el blog como si estuviera obligada por un jefe que no tengo.

¿Y sabéis por qué he decidido todo esto? No, no he tenido una revelación divina. Habéis sido vosotras quienes me habéis enseñado el camino. Porque las entradas de blog que más me he trabajado, a las que más tiempo he dedicado y que mejor cumplen las reglas del marketing... son las que menos audiencia han tenido. En cambio, cuando se me ha pasado algo por la cabeza y me ha apetecido descargar el cerebro escribiendo aquí sobre ello... lo ha petado en audiencia. ¿Qué quiero decir con eso? Que me funciona ser yo misma. Y cuando me refiero a que «me funciona»... no hablo de que con ello gane dinero (este blog no tiene publicidad ni nada por el estilo, vaya) o seguidores o lo que sea. Hablo de que disfruté escribiéndolo. Y eso... joder, ese es el punto de inicio de todo, ¿no? Si me diera igual disfrutar o no con lo que hago, no me habría dedicado a esto.


Así que ya. No me enrollo más. A partir de ahora, seguiré publicando mi entrada de los jueves, pero... a lo mejor algún jueves me lo salto. Porque sí. Y, a lo mejor, alguna semana escribo dos. Lo único que puedo prometer es que todas las entradas las escribiré yo, mi verdadero yo, ese que sigue apasionado con la idea de que las palabras transmitan sentimientos y lleguen a otras personas. Eso, y solo eso, es lo que he pretendido desde el principio. Perderme en algún punto del camino ha sido parte de la experiencia, pero volver a recuperar mi lugar es imprescindible. 

Espero que lo entendáis. Muchas gracias por seguir ahí y, hoy en concreto, por indicarme el camino correcto.

Un beso.

PD: Si alguien era fan de mis reseñas (que no lo tengo yo muy claro 😛), seguiré evaluando en GoodReads todo lo que leo... si me apetece, claro.

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