Hoy hace nueve días que Mi mundo en tus ojos vio la luz. Nueve días llenos de nervios, de emoción, de una experiencia muy diferente en algunos sentidos a lo que supone autopublicar, pero muy parecida en lo fundamental: vivir el sueño de ver un manuscrito que costó sangre, sudor y lágrimas convertido en libro, compartirlo con lectoras y compañeras y, como siempre, dar las gracias. Mil veces. Y una forma de dároslas hoy es contaros un poquito más sobre el proceso de creación de la historia de Summer y Logan, esas anécdotas y curiosidades que solo conocía yo y que, desde hoy, son también un poco vuestras. Esta vez lo he hecho SIN SPOILERS, para que todos podáis leerlo y no me odiéis 😉 (sí hablo de algunos momentos de la trama, pero no desvelo nada que os pueda estropear la lectura, pero... aviso, por si acaso). De todos modos, si no queréis saber absolutamente nada de la novela... mejor no sigáis leyendo:
Once días. Semana y media. Ese es el tiempo que queda para que Mi mundo en tus ojos salga a la venta y yo me muera de nervios, emoción, histeria, puede que llanto incontrolado... Así que, en previsión de que en los próximos días me convierta en una ameba sin capacidad para comunicarme, lo mejor va a ser que os los presente cuanto antes. Sin spoilers y sin contar más de lo necesario, ya sabéis, que lo bonito es que cada una los vayáis descubriendo a vuestro ritmo. Pero, como ya casi están aquí, vamos con las presentaciones oficiales. Summer, Logan... bienvenidos a casa.