50 cosas sobre mí y mis novelas que (creo) no he contado nunca

Escrito por Abril Camino - 15 diciembre


No, no he vuelto a las andadas como youtuber. Esa época, si no me vuelvo loca de nuevo, ha quedado sabiamente enterrada. Pero, si os movéis por el mundo YouTube, sabréis que hay un tag muy famoso titulado «50 cosas sobre mí». Y como me niego a volver a grabarme en vídeo, pero el tag en sí me gusta un montón... he decidido hacerlo por escrito. Y no solo sobre mí, claro, también sobre mis novelas. ¿Os animáis a conocerme mejor?


1. Abril Camino es mi seudónimo. Aunque empieza a costarme más responder por mi nombre real que por Abril.

2. He visitado 33 países y mi aspiración es llegar a 100 antes de los 45 años. ¿Lo conseguiré?


3. Nunca jamás pensé que me dedicaría a escribir novelas, aunque hay una persona que siempre me dijo «yo a ti te imagino siendo escritora».

4. Nací el 4 de diciembre (vamos, que acaba de ser mi cumpleaños) de... 1980. Soy una ancianita adorable.

5. Escribí el borrador de Sangre y tinta en 10 días, ni uno más ni uno menos.



6. He tenido la suerte de ver en directo a The Who, The Cranberries, Lou Reed, Bob Dylan o los Pet Shop Boys. Y seis veces a Extremoduro. Es mi forma de superar el hecho de que jamás podré ir a los tres conciertos con los que soñaría: Queen, Nirvana y The Beatles.

7. Muchos meses después de escribir Travis y Emily: el pasado imperfecto, leí Un desastre es para siempre, el tercer volumen de la historia del mítico Travis Maddox. Y me encontré esta pequeña casualidad.


Casualidades
Arriba, el principio del primer capítulo de mi libro. Abajo, el principio del tercer capítulo del libro de Jamie McGuire.

8. Soy hija única. Lo cual no significa que no sienta que tengo un par de hermanos en el mundo.

9. Escribí Parker y Amy: el pasado presente para participar en un concurso de relatos new adult, pero... nunca llegué a enviarlo. Se fue directo a Amazon después de que alguien muy sabio me dijera que lo iba a petar.



10. El grupo de whatsapp con mis amigas se llama El club del manguito. Y ese nombre no tiene absolutamente nada que ver con una surrealista conversación sobre sexo acuático. Lo juro.

11. Mi próxima novela (que será una bilogía, en realidad) es el proyecto al que más tiempo he dedicado en mi vida. Empecé a escribirla en abril de 2015 y lleva en diferentes procesos de reescritura, corrección, etc. hasta ahora. Pero ya. En breve será su momento. Os mantendré informadas.

12. Tengo una adicción bastante alucinante a los telefilmes de sobremesa de Antena 3.


Telefilmes

13. Cuando ya había acabado de escribir Sangre y tinta y estaba en plena fase de corrección, me encontré con una saga de novelas sobre unos hermanos Reed. Tatuadores de profesión. Uno de ellos llamado Matt. Pero no me dio la gana de cambiarles el apellido a MIS hermanos Reed. Eran demasiado especiales y no se merecían eso. Por cierto, esa saga, de Tammy Falkner, me encantó y la reseñé entera en un vídeo de BookTube.

14. Si alguien inventara la teletransportación, me iría directa Wembley 86, a vivir en directo este momento.



15. El primer personaje propio del que me enamoré fue Parker Sullivan. Y solo lo ha podido superar Matt, el hermano del protagonista de Sangre y tinta. Ojalá algún día vuelva a enamorarme de un personaje de una de mis novelas de esa manera.

16. Viajo a Londres (como mínimo) una vez al año. Y siempre me traigo algo nuevo y me dejo allí una parte de mí.

17. Una de las cosas que odio de mí misma como lectora es que me obsesiono por géneros y subgéneros. Ahora, por ejemplo, llevo unos meses loca de la cabeza con la romántica new adult. Antes fueron la novela histórica, la negra, la romántica contemporánea y mil más. ¿Que por qué lo odio? Porque me saturo tantísimo que luego paso años sin poder tocar nada que me recuerde a eso.

18. Estoy convencida de que hay un lugar en el cielo reservado al inventor del helado Ben & Jerry's de mantequilla de cacahuete con trozos de chocolate.



19. Aunque mucha gente ha querido ver tintes autobiográficos en alguna de mis novelas, mi verdadera historia es una novela que creo que nunca llegaré a publicar. Porque no sabría cómo terminarla, más que nada. Aunque os aseguro que daría para una trilogía, como poco.

20. Hay muy poquitas cosas en el mundo de las que sepa más que de fútbol de los 90. Si conocéis a alguien más friki, hacédmelo saber.

21. Tengo empezados, en estos momentos, nueve proyectos literarios. Algunos a punto de ver la luz (la bilogía que os decía antes) y otros con apenas cinco páginas escritas. Y tengo muy claro a cuál estoy deseando dedicarme.

22. Me fascinan de una forma enfermiza la ópera y el góspel. Ni puta idea de por qué. Porque molan muchísimo, supongo. Y mi momento favorito de cualquier ópera de la historia es este: 






23. Escribir Pecado, penitencia y expiación fue mi terapia en un momento vital en que necesitaba urgentemente una tabla de salvación.

24. Si el whisky con Coca-cola no tuviera alcohol, ni gas ni calorías ni cafeína, no bebería ninguna otra cosa y mi vida sería la absoluta perfección.

25. Mi libro favorito es Tenemos que hablar de Kevin, de Lionel Shriver, seguido muy de cerca por La fiesta del chivo, de Vargas Llosa.



26. Nunca he tenido muy claro si me he enamorado doscientas ochenta y siete veces o ninguna.

27. Mi rutina de escribir no puede ser más simple. Portátil en las rodillas y al lío. De hecho, ni me distrae tener la tele de fondo, ni necesito música o silencio ni... nada. Creo que podría escribir en medio de un tornado con tal de que alguien me deje un ordenador a mano.

28. Durante un montón de años de mi vida conduje un coche clásico, que perteneció a mi abuelo materno allá por los sesenta-setenta. Un Seat 850 especial granate. Este:


Mi primer coche

29. Odio con toda mi alma los epílogos con boda y embarazo. He escrito un epílogo con boda y embarazo en todas mis novelas. Ser bipolar es lo que tiene.

30. Las cosas que peor se me dan son: cantar, hablar francés, dibujar y la química orgánica. Muy difícil decidir con cuál de ellas tendría más jodido ganarme la vida.

31. Mi hermano Sullivan favorito es Parker. Y después Preston. Y Mark. Travis es mi menos favorito, para disgusto de muchas lectoras que lo adoran.

32. Tengo dos perros, pero no vivo con ninguno de ellos porque tengo una alergia de morirme. Así que de uno comparto custodia con mi ex y del otro con mi madre. Ellos los pasean a las siete de la mañana y yo solo disfruto de los mimos. No se puede decir que me lo haya montado mal.


A la izquierda, Dido, 7 años. A la derecha, Suomi, 11 años.

33. Cuando ya tenía prácticamente escrito Travis y Emily, di con el testimonio de una chica en un foro que me hizo cambiar por completo el personaje de Emily. De hecho, está totalmente inspirado en ella y es el único personaje de una novela mía que tiene un referente en la vida real. Y no, nunca conseguí contactar con ella (aunque lo intenté).

34. Durante años fui voluntaria en un refugio de perros abandonados (de donde salieron los dos anteriormente mencionados).

35. Escribir la dedicatoria de cada una de mis novelas es mi quebradero de cabeza favorito. Y todavía no he encontrado el momento de dedicarle ninguna a alguien fundamental en mi vida.

36. La mentira que más veces me cuento a mí misma es que algún día me desharé de todo gadget tecnológico y me iré a vivir en plan ermitaña al campo. Todos sabemos que, si algún día lo hago, moriré.

37. En un evento al que fui hace un par de meses tuve durante horas (HO-RAS) al lado al modelo en el que se inspiró físicamente el personaje de Parker Sullivan. Y no, no le eché valor a pedirle una foto ni nada. Soy gilipollas.


Parker Sullivan, aka Diego Barrueco

38. He tenido piercings en la lengua, el ombligo, la nariz y cualquier parte de la oreja imaginable. Me los quito y me los pongo por épocas, pero estoy casi segura de que me haré unos cuantos más antes de que mi madre consiga convencerme de lo contrario.

39. Solo he odiado a una persona en toda mi vida y solo me cae realmente mal una escritora de este mundillo. No, cotillas, no voy a decir quiénes son, ni la una ni la otra.

40. Me pasé como veinte años planeando mi primer tatuaje (ese de la foto). Desde que me lo hice, sé que he entrado en una vorágine que acabará con mi cuerpo convertido en una especie de tablón de anuncios.



41. Si pudiera volver atrás y cambiar algo sobre mis novelas, probablemente convertiría las tres primeras historias de los Sullivan en novelas más largas.

42. Puedo dormir en cualquier momento y lugar. Me da exactamente igual que haya ruido, luz o whatever. En vehículos en movimiento alcanzo el nivel pro y suelo llenar el hombro de mi compañero de asiento de babilla.

43. Me muerdo las uñas de forma compulsiva. De hecho, hago casi todo de forma compulsiva. Pero, en serio, si me veis algún día con una manicura perfecta... hay truco, seguro.

44. Cada día, antes de ponerme a escribir, releo todo (o al menos una gran parte) de lo que llevo escrito del manuscrito. Es una forma preciosa de volverme completamente loca (aunque he de decir que reduce muchísimo la fase de corrección).



45. He vivido toda la vida a orillas del Atlántico, pero una parte de mí está siempre a orillas del Cantábrico.

46. Tengo el peor despertar de toda la humanidad. En serio, si alguien tuviera peor despertar que yo, probablemente ya se habría desencadenado la Tercera Guerra Mundial.

47. Me encantaría escribir una novela sin final feliz, y es muy probable que lo haga algún día, aun a riesgo de que me mate una legión de lectoras furibundas.



48. Tengo pánico patológico (patológico, en serio) a las ratas.

49. En un momento de mi vida (en el que estaba muy mal de la cabeza), llegué a tener más de 200 bolsos.

50. A lo largo de mi vida he trabajado como teleoperadora, profesora de Primaria, de Secundaria, de idiomas, de informática, he sido opositora, correctora, traductora, he gestionado proyectos educativos y de cooperación al desarrollo, he tenido mi propia empresa y siempre, absolutamente siempre, me han encantado mis trabajos (menos el de teleoperadora, la verdad). Pero siempre he acabado dejándolos al poco tiempo porque me surgía una nueva inquietud, vocación o lo que sea. Sin embargo, desde que me dedico a escribir... veo casi imposible que algún día quiera hacer otra cosa con mi vida.

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