Londres: The Place Where I Belong (Parte 1)

Escrito por Abril Camino - 21 enero


Hace algunas semanas, en el post La novela romántica y los tres amores de mi vida, os hablaba de mi debilidad obsesiva por tres ciudades: París, Londres y Nueva York. Si lo habéis leído, sabréis que Londres fue el primer amor de mi vida. Si no lo habéis leído, eso de ahí arriba es un enlace, so vagos, no sé a qué estáis esperando.


Londres soleado

Todavía no me ha llegado el turno de ambientar una historia en Londres. Llegará, seguro. Estoy demasiado enamorada de esa ciudad como para dejar pasar la ocasión. Y, tampoco nos engañemos, la conozco lo suficiente como para que la ambientación sea lo más realista posible. Así que... allá vamos. Este es mi Londres, el mío, personal, pero transferible. Transferible hasta que vayáis y descubráis cuál es el vuestro. Porque, al fin y al cabo, eso es lo mejor de Londres. Que cada uno de nosotros tiene el suyo. Yo voy a empezar por el este, porque es el gran olvidado y porque hoy no me apetece hablar del Big Ben, el London Eye o el cambio de guardia (que todo sea dicho de paso, es el coñazo más grande al que se puede enfrentar un ser humano sin morir)

Aaay, el este. Al este de Londres solo puedes amarlo u odiarlo. Yo lo amo. Con locura, además. Mi definición de este de Londres difiere un poco de la actual, concretamente de la que se ha popularizado después de los Juegos Olímpicos de 2012. No me refiero a Stratford, donde ni siquiera he estado, ni a las zonas que crecieron al abrigo de la Olimpíada. Hablo del East End tradicional. Shoreditch, Spitafields, Whitechapel, Bethnal Green, Aldgate, Brick Lane... Delimitadlo donde queráis, pero vienen siendo los barrios que quedan de la estación de Liverpool Street hacia allá.

Brick Lane

¿Qué os vais a encontrar en el East End? Pues ni cambios de guardia, ni museos tradicionales, ni parques idílicos. En cambio, encontraréis galerías de arte alternativas, multiculturalidad, pelos de colores, estudios de tatuajes y tiendas con la ropa que estará de moda en España en un par de años. Vamos, os encontraréis con Londres.

¿Mis lugares favoritos del este? Vamos a hacer una lista, que no se diga que esto no es un blog (¿recordáis cuando en los blogs no había solo listas?)

#1 Brick Lane Market
El mercado de Brick Lane en domingo es un must total y absoluto. La mezcla de los persons que aún salen de algún after, con turistas, londinenses y fauna under en general es lo mejor de lo mejor. Comed alguna variedad exótica y extraña por 3 pounds (no me seáis estrechos de estómago, debería ser delito ir a Londres y acabar en un McDonalds). Si os gusta de verdad de verdad de la buena (como a mí) la comida india, es probable que Brick Lane sea la calle del mundo donde se puede comer la mejor (y esto incluye cualquier calle de la India, según los expertos). A mí, en particular, me gusta el Aladin, pero hay mil, y en esto seguro que os puede aconsejar mucho mejor TripAdvisor que yo.

Brick Lane Market

Pero no os quedéis solo en la comida. Buscad tiendas de segunda mano, mercados dentro del propio mercado. Mis favoritos, después de una ardua investigación, son The Vintage (Up)Market y The Old Spitafields Market. Hablamos de lugares donde te puedes hacer con un trench Burberry de los 70 por bastante menos dinero que en la flagship de Regent Street (de la que os hablaré cuando se me vaya este rollito alternativo y me pase al West End). Pero ni siquiera hace falta que busquéis estos lugares de los que hablo. Es suficiente con que entréis en cualquier tienda a pie de calle. Cualquiera. Todas son absolutamente perfectas. To-das.

#2 The Cereal Killer Café
Todos criticamos lo hípster. Pero todos lo somos un poco, supongo. Bueno, todos no. Hay quien es lo más hípster que se puede ser en este mundo. Y eso, el concepto de lo hípster reconvertido en local es el Cereal Killer Café. ¿Me decís en qué otro lugar del mundo se puede encontrar un bar dedicado exclusivamente a los cereales? Ya os lo digo yo: en Camden (de Camden ya os hablaré en otro momento, que también tiene lo suyo). Del Cereal Killer Café no se puede decir demasiado. Hay que ir y comprobarlo en persona. Si vais a Brick Lane solo un domingo de mercado, os tocará hacer cola. Si tomáis la fantástica decisión de alojaros por la zona, además de poder vivir el verdadero ambiente del barrio entre semana (que no se parece demasiado a la locura que la toma al asalto los domingos), también podréis desayunar tranquilamente en el Cereal Killer.

Cereal Killer Café

Cuenta la leyenda que lo más molón del Cereal Killer es bajar a desayunar en pijama, y que los personajes más genuinos del barrio lo hacen. La verdad es que yo no vi a nadie en pijama, y por cuestiones de logística yo tampoco pude lucir modelito sleepwear. Y que nadie vaya a pensar que no me atrevería a hacerlo porque una de las cosas que se me dan realmente bien en la vida es pasearme por Londres en pijama. Hace apenas tres semanas, me vi a mí misma recorriendo los muy señoriales Sussex Gardens en pijama en pleno diciembre, tras la aparición de unos cuantos roedores en mi habitación de hotel y mi consiguiente huida. Ya hace años había hecho algo parecido, pero en aquella ocasión la excusa era más débil: una combinación de «se nos ha acabado el alcohol» y «me da pereza vestirme para ir al off-license».

#3 Whitechapel y la leyenda negra
El East End tiene una historia tan interesante que se merece que la conozcamos a fondo. El Londres idílico del que todos hemos oído hablar cientos de veces, el que se coronó como capital del mundo en esa era victoriana que tanto nos fascina a las escritoras y lectoras de novela romántica, el Londres de las mansiones de grandes columnas blancas en Grosvenor, Belgrave o Mayfair... ese Londres no sería nada sin su contrapunto oriental. Sin las fosforeras de Whitechapel, los trabajadores hacinados en aquel Londres industrial, sin las prostitutas asesinadas por Jack el Destripador, sin la suciedad, las ratas y la leyenda negra. Para el East End, el concepto under es algo más que una etiqueta; es una herencia. Una herencia muy anterior a la Reina Victoria. Ya fue la parte de la ciudad con la que se ensañó la peste, unos cuantos siglos antes. La zona a la que llegaron las grandes oleadas migratorias desde sus orígenes.

Whitechapel

Por muy alternativa que me vea hoy, sí hay algo turistero que me parece muy recomendable: los tours en español de Jack el Destripador o del East End, en general. Yo hice uno hace aproximadamente un año, por unos 10 € por persona. Aunque no seáis de esos fans locos de la leyenda de Jack The Ripper (yo no lo soy), la ambientación en el barrio y la historia sobre el estilo de vida que llevaban sus víctimas y el resto de habitantes de Whitechapel en la época, merece la pena.

#4 El east más west
Hay un East End que ya casi ni es East End y, desde luego, no es nada under. Muy cerca de Whitechapel, pegados al Támesis, os encontraréis varios monumentos que ya os sonarán más. Empezando por Monument, esa mole desde la que dicen que hay unas vistas excelentes de Londres (no seré yo quien lo compruebe hasta que solventen la ausencia de ascensor), os adentraréis en la zona cercana a la City, con esa mezcla fantástica de área de negocios y edificios históricos. Bah, unos cuantos edificios históricos de nada: la catedral de St Paul, la Torre de Londres, el Puente de la Torre... Mi favorito es este último. La imagen icónica de la ciudad, sin duda. Os voy a contar una cosita sobre los monumentos, museos y grandes lugares turísticos de Londres: o son gratuitos o son carísimos. El Puente de la Torre es una rara avis que solo cuesta 8 libras. No es que sea una cosa de locos, pero es interesante ver el funcionamiento de la parte levadiza (una de mis asignaturas pendientes en Londres es verla elevada, se puede consultar un calendario en la web oficial) y pasear por la plataforma sobre el río. Por cierto, que nos conocemos. El puente famoso famosísimo, el de la Torre, es el Tower Bridge, no el London Bridge. Medio mundo se confunde e, históricamente, ha dado lugar a anécdotas tan chachi pirulis como la que podéis encontrar aquí: 7 curiosidades sobre el Tower Bridge. (Por cierto, si os pirra Londres, esa web, Guirilandia, es la Biblia).

Tower Bridge

Hay un lugar en esta zona del este próxima al río que no es tan conocido y que para los frikis literarios como yo es todo un mito. Si habéis visto las pelis de Harry Potter, quizá os preguntéis dónde está el mítico Diagon Alley. Bien, aunque con mucho maquillaje encima, el lugar es Leadenhall Market, unas pocas manzanas al norte de Monument. En realidad, os guste o no Harry Potter, este mercado es un lugar que merece muchísimo la pena.

Leadenhall Market

#5 Vida nocturna
Dice la leyenda que en Londres no hay marcha. Una leyenda muy española, que cuando nos ponemos tontos, somos de récord. Vamos a darle lecciones de vida nocturna a la ciudad del Marquee, Fabric o la Ministry of Sound. En fin... En Londres, por supuesto que hay marcha. La hay, claro, pero hay que pagarla. Mejor no os cuento las pounds que se os pueden ir en una noche de fiesta en la Ministry of Sound. Así que mi consejo, para salir a la española, es decir, un poco más de bares/pubs que de discotecas, y sin dejaros el sueldo... Brick Lane es la respuesta.

Hay millones de cosas más que os podría contar sobre el este de Londres. Como, por ejemplo, que no sabréis lo que es la felicidad completa si no habéis probado un bagel de hot salt beef en el Bagel Bake de Brick Lane. Pero no me voy a enrollar porque... ¡no hay tiempo! ¡Corred! Corred antes de que el este deje de molar. Porque va a dejar de hacerlo. O va a empezar a molar de otra manera, mejor dicho. La primera vez que fui a Londres, no había nada más cool y alternativo que Portobello Market. Cuando Portobello Market se convirtió en una zona pija más de Notting Hill, todo lo supuestamente under se trasladó a Camden. Camden sigue molándolo todo, sí, pero se les ha ido la cabeza con los precios de absolutamente todo, y ya no sé si no será el lugar más pijo del planeta. Ahora lo más cool es Shoreditch, pero pronto llegarán los grandes diseñadores, un Starbucks ocupará el lugar del Cereal Killer y un Garfunkel's, el del Bagel Bake. Y será triste, pero, a la vez, será lo más londinense del mundo

Favourite Place in the World

Adoro París, ya lo sabéis, pero siempre que vuelvo, a pesar de enamorarme más y más de la ciudad... es eso, siempre la misma ciudad. Quizá lo que me apasiona de Londres, lo que me impulsa a volver cada año, es precisamente que cada vez que llego, es una ciudad diferente. Y que, cada vez que me voy, yo soy una persona diferente.

El próximo jueves, más Londres...


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