No es una novela, es un borrador

Escrito por Abril Camino - 23 noviembre


¡Hola a todos!

Antes de nada, quiero daros las gracias a todos por vuestra paciencia esperando la vuelta de los posts de los lunes con consejos para escritores noveles. Y mil gracias más por todos los mensajes y mails llenos de buenos deseos de recuperación.


¿Habéis hecho los deberes mientras yo estaba reponiéndome? ¿Tenéis ya terminada vuestra novela? ¿Es una novela lo que habéis escrito? A eso ya os respondo yo: no. Es un borrador. La fase de escritura de la novela es, sin duda, imprescindible. Pero no es la única. Luego, tocará corregir. Y ahí será donde el borrador se irá convirtiendo en una novela. Pero ya habrá tiempo de que me ponga talibán con esto.

Convertir un borrador en novela
Dentro de poco, tocará tachar y tachar y rehacer y rehacer
Hablaremos hoy de la escritura del borrador. Aquí es donde tocará poner en práctica todo aquello de lo que hemos hablado en las entregas anteriores: elección del narrador, de los ritmos narrativos, de las tipologías textuales (narración, descripción, diálogo), coherencia del argumento, construcción de los personajes y miles de cosas más.

Un post sobre la escritura del borrador de una novela podría extenderse durante páginas y páginas y colapsar el blog, que tampoco es plan. Así que me voy a limitar a daros el mejor consejo posible, y que seguro que ya habéis oído en alguna ocasión (o mil): formación, formación y formación. Si tenéis una formación sólida detrás, habéis estudiado mucho y leído muchísimo, es posible que podáis lanzaros a la locura de escribir sin más guía que vuestra propia creatividad. Si se os escapan conceptos técnicos como los tipos de narrador, las técnicas narrativas y, en general, todo eso de lo que os he hablado tantas veces... buscad a alguien que os ayude con vuestra novela o va a ser muy difícil que el resultado tenga una cierta calidad.

Escritores: expectativa vs realidad
Es muy bonita la imagen bohemia del escritor con su máquina de escribir sentado frente a una ventana con vistas idílicas. Y con la creatividad fluyendo en su cabeza, las escenas saliendo solas, los personajes cobrando vida propia. Pero... es fantasía. Escribir es un trabajo, un trabajo durísimo, e implica SIEMPRE dolores de cabeza, esfuerzo, frustración y conocimientos. La buena noticia es que, cuando sale bien... joder, cuando sale bien, es la mejor sensación del mundo.

Colin Firth, escritor.
Siempre es buen momento para poner una imagen de Colin Firth
Un último consejo a la hora de escribir. Encontrad vuestro lugar y vuestro tiempo. Todos conocemos nuestros biorritmos. Conozco escritoras que ponen el despertador para una hora antes de lo habitual para escribir. Otras le robamos hora al sueño cuando ya todo el mundo está durmiendo. Hay quien escribe cada día en un escritorio perfectamente ordenado. Otra gente escribe donde la inspiración los encuentra. Es básico encontrar el entorno adecuado para escribir, no solo en cuestiones prácticas como el espacio o el tiempo, sino también –y especialmente– en el estado mental. Hay días tontos, para esto de escribir y para todo lo demás. Pero no dejéis de escribir ningún día. Ese es mi gran consejo: escribid todos los días. Habrá días en que saldrán 300 malas palabras. Otros días, los dedos bailarán sobre las teclas hasta que solo te pare el agotamiento físico. Y habrá días en que serás consciente de que estás escribiendo una mierda que acabará en la papelera de reciclaje, pero, aun así, estás escribiendo y... eso es lo que importa, ¿no? Para eso estamos aquí.

A partir de la semana que viene, seguiré con consejos más prácticos. Damos por hecho que vuestra novela ya fluye y vamos a abordar cuestiones técnicas como la puntuación de los diálogos, el registro legal de la obra, las correcciones, etc.

¡Os espero ansiosa al otro lado del portátil!

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