Novela romántica: los prejuicios

Escrito por Abril Camino - 10 septiembre


Hoy, por primera vez y sin que sirva de precedente, he decidido cederle el teclado a un conocido mío que os quiere contar unas cosillas. Ahí os lo dejo:

Bueno, bueno, bueno... Vais a flipar. Acabo de enterarme de que una amiga mía es escritora de novela romántica. Bueno, o erótica, no me ha quedado muy claro. Vamos, para que me entendáis, cosas tipo Cincuenta sombras de Grey. Yo me enteré hace unos días y me he quedado alucinado, os lo juro. Porque la conozco hace años, y es una tía normal. A ver, para que me entendáis, es un poco chicazo, incluso. Le gusta el fútbol, las motos y le gustaría presenciar un combate a muerte entre Robe Iniesta y Pablo Alborán. Y ahora nos sale con esto, con que escribe novela "romántica".
No veáis la ilusión que me hizo cuando me contó que había decidido probar suerte como escritora. Yo me considero un tío culto: me leo las de Ken Follett en cuanto salen, sigo a Pérez Reverte en Twitter, he ido a ver el musical de El rey león, y las series me las bajo todas en versión original, que además me viene de maravilla para aprender inglés. Supongo que por eso me lo contó, porque sabía que no estaba hablando con un gañán. ¡Vaya bajón cuando me dijo que era una historia de una pareja que tenía que separarse no me acuerdo por qué chorrada! Me quedé flipado, porque ella es una tía que estudió Filología Hispánica e Inglesa, aunque nunca me ha quedado claro si eso son dos carreras o cómo va el tema de las filologías. Bueno, lo que decía... Que yo pensaba que habría escrito algo serio, y resulta que va la tía y se descuelga con una historia de amor.
Yo no tengo nada en contra del amor, ojo. Tengo novia, y somos muy felices juntos, pero tampoco creo que sea un tema al que dedicarle un libro. El amor está bien para lo que está. Para elegir a la persona con la que vas a pasar el resto de tu vida, para organizar un fiestón de treinta mil euros cuando te casas con esa persona, para regalarle el cincuenta por ciento de la paternidad de tus hijos o para escoger su mano para agarrar cuando estás palmando, pero... ¿darle tanta importancia como para escribir sobre ello? Os juro que no lo entiendo. Con lo normal que parecía mi amiga...
Y tampoco es por el tema del sexo. Que quede claro esto. Yo soy un tío muy liberal. Mucho, eh. Una vez, hasta convencí a mi novia de que se dejara dar por... bueno, por el otro lado. Y, oye, si ella quiere leer a Grey y todo ese rollo, yo encantado, que a lo mejor un día me permite darle unos cachetitos en acción. Eso sí que me deja flipado... la de cosas que habrá hecho mi amiga para escribir las cosas que escribe. Que yo no la he leído, pero le pasé la novela a mi novia y me dijo que lo hacía bien y que contaba cosas bastante guarras. Supongo que mi amiga habrá escrito de sus relaciones, que acaba de pasar un mal momento, y por eso le habrá dado la pedrada esta de escribir sobre el amor y el desamor. Pobrecilla, quizá debería llamarla.
Sí, voy a llamarla. A ver si se le pasa el cabreo que se cogió la última vez que hablamos. Y todo porque le dije que por qué no escribía algo así, más culto, tipo novela negra. Algo con su asesino, sus sospechosos y un buen poli veterano al que ponerle la cara de Morgan Freeman mientras lees. Me soltó todo un rollo sobre que no hay géneros buenos y malos, sino libros buenos y malos. Menuda chorrada. Igual que no hay adultos que disfruten con Harry Potter ni tías a las que les guste Juego de tronos, tampoco creo que haya gente emocionalmente estable a la que le guste la novela romántica, o erótica, o como se llame.
Bueno, os voy dejando, que ya he escrito más que en toda mi vida, jajaja. Y pensar que en todo el año pasado lo único que escribí fue la contraseña de la WiFi en un post it y una crítica a Casillas en la web del Marca. Pues ya ves tú... y mi amiga diciendo que escribir tiene su mérito. ¡Ay, madre mía! Las mujeres, como son...
Yo leo novela romántica
Recurrir a la violencia siempre tiene su punto
Me encantaría dedicar un buen rato a explicaros cómo intento luchar contra los prejuicios que mucha gente asume sobre los lectores y escritores de novela romántica. Me encantaría rebatir uno por uno los argumentos de mi amigo. Me encantaría explicar, por enésima vez, que no, no todo el mundo puede escribir romántica y que no, no está tirado hacerlo. Me encantaría, no por mí, sino porque creo que, si la gente abriera un poco más la mente y ensanchara sus miras, probablemente el mundo sería un lugar mejor; o, al menos, más libre. Me encantaría, como decía, pero no va a poder ser. ¿Por qué? Porque tengo que ir a matar con mis propias manos al amigo imaginario al que le he cedido este espacio de los jueves en mi blog.


Una peineta a los enemigos de la romántica
Soy bastante consciente de que se me está yendo de las manos esto
de poner una peineta al final de cada post. Reflexionaré sobre ello. 

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